LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

lunes, 27 de octubre de 2014

COACHING PADRES: HABILIDAD MANEJO PROBLEMAS CONDUCTA INFANTIL


Los problemas de conducta disruptiva en la infancia, mejoran con la capacitación en habilidades de crianza parenteral como: habilidades de resolución de problemas, técnica manejo de conductas, manejo estrés, control irá, conocimiento desarrollo infantil, habilidades sociales.

Diferentes estudios nos indican que actualmente, los problemas de conducta disruptiva en la infancia son muy frecuentes, con una prevalencia del 6,9% en niños y del 2,4% en niñas de 5 a 10 años.

 En general la frecuencia de los problemas de indisciplina varían entre un 5 y 8% de los niños. Este tipo de problemática agrupa dificultades como: la desobendiencia, la oposición, la agresividad, el trastorno negativista desafiante TND, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad TDAH y el trastorno disocial TD. Como consecuencia pueden derivar en una inadaptación social, familiar y/o escolar.

Uno de los tratamientos más usados en estos casos es el programa de entrenamiento para padres, que se basan por un lado en la mejora de la capacitación de las habilidades de crianza parenteral (conocimiento del desarrollo infantil, técnicas para el manejo de conductas problema del niño, habilidades de resolución de problemas) y por otro, el fortalecimiento personal de los padres (habilidades sociales, manejo del estrés y control de la ira).

El objetivo principal que se quiere conseguir,es incrementar las conductas pro-sociales de los niños/as a través de la atención de los padres y decrementar las conductas indeseables, ignorándolas.

Se basa en conseguir convertir a los padres en los propios agentes de cambio, enseñándoles a través del juego y en vivo, a conseguir un rol parenteral positivo y unas habilidades de modificación de conducta.



Es importante en el proceso que los padres aprendan a usar la atención selectiva, cuyo objetivo principal es establecer una relación amorosa y cariñosa entre el padre y el hijo. Los padres son ayudados a reconocer las cualidades positivas del niño/a y a estimular su desarrollo, partiendo de lo que el niño/a hace.

Los padres deben poner a la práctica entre otras, además las siguientes habilidades:

-          Elogiar o realizar una verbalización que exprese un juicio favorable de una actividad, resultado o atributo del niño/a.
-          Parafrasear o repetir de manera inmediata la verbalización del niño/a, se puede repetir exactamente lo que ha dicho el niño o utilizar sinónimos.
-          Imitar o realizar una actividad igual o similar a la que está haciendo el niño/a de manera inmediata.
-          Describir o verbalizar frases que aludan a los objetos y/o personas presentes en la situación o actividad, que se esté dando durante la interacción.
-          Tener entusiasmo realizando las tareas.
-          Evitar dar órdenes.
-          Evitar hacer preguntas.
-          Evitar criticar.

Debemos tener en cuenta que el comportamiento más natural del niño/a es el juego y es por tanto el principal medio a través del cual, desarrolla habilidades de resolución de problemas, además de la mejor oportunidad que tenemos para desarrollar en ellos los comportamientos adecuados generalizando resultados, por lo que  deberemos incluirlo en nuestro repertorio de interacciones con ellos, con el fin de mejorar los patrones de conducta.

Pero para tratar estos problemas disruptivos en niños/as, es necesario tal y como se ha indicado antes, un entrenamiento en vivo a los padres donde se les enseñe y tengan la posibilidad de practicar las habilidades antes mencionadas, que nos hagan manejar con éxito cada tipo de conducta inadecuada que se de en nuestros hijos/as, corrigiendo y educando de la forma más correcta en cada caso.

Es importante además de este entrenamiento, que los padres reciban una terapia de aceptación y compromiso en la que aprendan a manejar las conductas de los niño/as y a trabajar al mismo tiempo sus conflictos emocionales y motivacionales, para que consigan tener éxito en el cambio de las conductas disruptivas, por otras más adecuadas.

sábado, 18 de octubre de 2014

TRASTORNOS DEL LENGUAJE, TRASTORNOS DE ESCRITURA


En el tratamiento de los trastornos de escritura, se deben tener en cuenta las causas que lo producen, tanto si son o no debidos a trastornos en el lenguaje.

La intervención que se realiza en los niños/as con trastornos de disortografía, es en base a las causas que los producen. Las deficiencias ortográficas más frecuentes que nos podemos encontrar y que están causadas por diferentes trastornos del lenguaje son:

Sustitución de un fonema por otro de mayor proximidad o de uso más frecuente, en su punto de articulación, este error en el lenguaje se produce por el filtro erróneo que el cerebro realiza sobre algunos fonemas, por ejemplo sustitución de lt por rt, donde pronuncian y escriben de la misma manera, en lugar de –falta- dicen –farta-. La intervención que se realiza en estos casos, es conseguir un sistema consolidado y bien diferenciado de fonemas, mediante un buen entrenamiento articulatorio y de diferenciación visual de los fonemas también en la escritura. Entre las sustituciones que merecen más atención están: b/f, p/b, m/p, f/z, d/t, k/g, c/j, ñ/l/ll/ch/y, k/g/j.

Sustitución de fonemas en el modo de articulación, por deficiencias en discriminación auditiva, se da propiciado por una sonoridad de consonantes poco diferenciadas. Entre las consonantes de confusión más frecuente por el modo de articulación, cabe mencionar f/z/s/j y p/t/ch/k, la intervención se apoya en la observación de la manera de articular del niño/a y consiste en estimular su discriminación realizando ejercicios de comparación con fonemas diferentes. Debe completarse con el refuerzo de su integración en su esquema mnésico, mediante el reconocimiento visual y la escritura.

Sustitución de fonemas de forma gráfica parecida, entre las vocales e/i, o/u, e/a, a/o (por ejemplo mana/mena/mina), o entre consonantes (aguja/abuja), la corrección que se realiza se apoya en la sonoridad de las vocales, en ejercicios de contraste, en ejercicios de escucha discriminatoria y lenta además de entrenamiento gráfico, que evidencien las secuencias correctas.

Inversión de letras, que se dan por deficiencias en el control espacial o temporal, bien por falta de atención o por deficiencia en la transcripción de la información del cerebro a la motricidad manual, que conlleva retrasos de lo que se escribe respecto al procesamiento del cerebro o la alteración del orden lógico de las grafías. La intervención se basa en un entrenamiento perceptivo, en el que se identifican las alteraciones para estimular la sensibilidad del niño/a, en la discriminación adecuada de la secuencia gráfica. Esta deficiencia es más frecuente en sílabas inversas trabadas o mixtas, la intervención procura grabar firmemente la secuencia, para facilitar la discriminación y el uso adecuado por el alumno en su lenguaje escrito.

Omisión de fonemas, por su no aplicación en el lenguaje oral, que acaba por inducir una perdida de atención sobre ellas y consecuentemente, su ausencia gráfica. Este defecto se potencia cuando el niño/a escribe haciendo un relato fonético. Pueden llegar a perder la atención sobre ello omitiéndolos por sistema. Este tipo de defecto se trata haciendo que el sujeto incida en la creación expresiva de su propio pensamiento, sin seguir la traza fonética de las palabras y siendo rigurosos en la aplicación de las normas.

La inversión de sonidos próximos tales como b/v, c/z, ll/y c/k, d/z, m/n, c/q, suele ser reflejo de la falta de madurez expresiva del niño/a, o de falta de atención personal o cultural. El defecto se produce porque la imagen de la palabra no existe o está asociada con otras que suena de manera parecida en su fuente de alimentación léxica. La intervención debe basarse en el adiestramiento, rigor en la expresión, atención, cuidado y control hasta arraigar de forma clara la imagen correcta de la palabra, en el léxico de los niños/as. Esta intervención suele ser poco eficaz, si los niños no están conscientemente implicados en su reeducación.

Se debe tener en cuenta que los procesos de lenguaje oral y de la lecto-escritura tienen una naturaleza integrada, por lo que se debe prestar ayuda a los alumnos adaptada a las características y necesidades particulares de cada uno, promoviendo el empleo de diferentes formatos visuales, auditivos y motores para facilitar el aprendizaje del lenguaje y la escritura de manera integrada.

miércoles, 8 de octubre de 2014

TRATAMIENTO EN LOS NIÑOS/AS DISLÉXICOS


Los niños/as disléxicos no son homogéneos sino por el contrario bastante heterogeneos, por eso en función al tipo de dislexia que muestren, no cabe pensar en un único procedimiento para su reeducación.

Existen no obstante algunos principios comunes y generales que se deben tener en cuenta, en el momento en que se necesita reeducar a un niño o niña disléxico, para asegurar el éxito en el procedimiento.

-          Es importante tener en cuenta que en  su reeducación el aprendizaje multisensorial es fundamental y necesario, constituyendo la base fundamental para su correcto aprendizaje.

-          El tratamiento siempre debe tener una base fonética y por tanto utilizar los principios fonéticos


-          Debido a las dificultades de atención, memoria y otras, los disléxicos necesitan que se les muestre una y otra vez el mismo material, valiéndose de diferentes modalidades y tareas.

-          El enfoque ha de ser individual (aunque no necesariamente la enseñanza), tratando de examinar las dificultades del niño o niña, proporcionando un programa de enseñanza apropiado dirigido a cada niño/a en particular.


-          La utilización de algún tipo de técnica de apoyo multisensorial es importante.

-          Ha de procurarse además un aprendizaje intensivo de las estructuras, reglas y principios del sistema del lenguaje escrito.


-          La enseñanza debe de ir dirigida a los puntos fuertes del niño y el tratamiento rehabilitador a los puntos débiles.

-          La enseñanza debe de ser comprensiva, proporcionando al niño un sentimiento de autoestima, haciéndole saber que la naturaleza de sus dificultades se comprende, y al mismo tiempo ayudándole a superar los problemas emocionales secundarios, que surgen de la dificultad con el lenguaje escrito.


-          El reconocimiento de las dificultades del niño/a y la discusión con él/ella de sus problemas, junto con una actitud de comprensión empática y una ayuda psicológica apropiada, harán con frecuencia que sus problemas de adaptación mejoren espectacularmente.

Este tipo de recomendaciones son importantes no sólo para los especialistas, sino también para los padres, pues les hará valorar mejor la elección del tipo de terapia que pueden ofrecer a sus hijos/as.