LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

domingo, 29 de marzo de 2015

COMO AFRONTAR LA ENTREVISTA DE TUTORIA CON LOS PADRES

Los informes acerca del niño/a han de ser enfocados siempre desde un punto de vista lo más positivo posible, no es adecuado alarmar a los padres a pesar de los problemas que haya, es necesario estar dispuesto siempre a escucharles.

Durante los intercambios de información que los profesores tienen con los padres (ya se trate de entrevistas personales, informes escritos, comunicaciones telefónicas etc.) el docente debe seguir una serie de reglas básicas:

-          Actitud positiva. El tutor tiene que hablar lo necesario y estar dispuesto a escuchar a los padres, para que éstos se animen a hablar de su hijo. La actitud ante los progenitores debe ser neutral, en el sentido de que el docente no debe interferir en conflictos familiares, ni hacer juicios de valor. Sus informes acerca del niño/a deben ser enfocados siempre, desde un punto de vista lo más positivo posible, pues no es adecuado alarmar a los padres. A pesar de los problemas que haya (y de los que se debe hablar abiertamente) siempre habrá algo positivo que decir acerca del alumno.
-          Evitar conjeturas, juicios de valor y simplificaciones. Para los padres sus hijos son muy importantes, por eso son susceptibles, sensibles e influenciables, ante cualquier detalle relacionados con ellos. Se debe tener especial cuidado con los comentarios que se hacen, ante las apreciaciones e informes que den los padres y con las explicaciones reduccionistas (tipo causa-efecto), sobre la conducta de sus hijos.
-          Obviar informes irrelevantes.  No tiene sentido perder el tiempo, con informes intrascendentes para la educación de los niños/as, se debe reducir al máximo las charlas acerca de cosas ajenas al proceso formativo.
-          Respetar la privacidad de los padres. No es preciso, ni tiene sentido, ser indiscreto haciendo a los padres del niño/a cuestiones que se adentren demasiado en su vida privada, o en su relación de pareja. No tienen porque aportar información significativa, para su educación.
-          Huir de los tecnicismos. Un lenguaje demasiado técnico y retórico es innecesario y puede llegar a ser perjudicial, pues establece distancia con los padres y además habrá casos en que estos no saquen nada claro del encuentro. Se debe ser lo más llano y claro posible para favorecer la interacción y la comprensión mutua.
-          Cuidarse de las contradicciones. Es necesario que las comunicaciones no verbales, no entren en contradicción con el discurso verbal, para no evitar confusiones. Así por ejemplo si el tema que se trata es serio, se ha de hablar con total seriedad.
-          Fomentar la cordialidad. El docente debe ser empático y cercano con los padres, para fomentar la interacción.
-          Ser positivo y evitar las comparaciones con otros niños. Se deben evitar las posturas derrotistas y los contrastes con otros compañeros del niño/a. El maestro tiene que transmitir tranquilidad, partir de la idea de que toda situación puede ser reconducida, si se trabaja adecuadamente, hacer comprender a los padres, que cada niño tiene su propio ritmo madurativo y que por tanto, toda comparación de su hijo con otros, es implemente absurda y engañosa.

sábado, 28 de marzo de 2015

DIVORCIO NIÑOS Y HOGAR MONOPARENTAL



Los niños/as tras una ruptura de la unidad familiar, pasan por un período de ajuste que puede dar lugar a conductas desadaptativas, principalmente si el proceso de separación ha sido traumático.

Entre los miembros de una familia se generan lazos de afecto y cariño que tienen una gran relevancia en los primeros años de vida. Técnicamente estos lazos de comunicación afectiva se conocen con el nombre de apego y su función socializadora está enteramente probada. Pero además, en el seno de una familia se producen funciones de legislación o normas, que regulan las relaciones entre sus componentes y que guían la conducta de cada uno de ellos y de su comunicación, destinada a establecer pautas afectivas y legislativas.

Es obvio que los excesos o defectos en cualquiera de estos elementos provocan disfunciones en el grupo familiar que, en el caso de los niños/as se manifiesta como distorsiones comportamentales. De hecho, uno de los indicadores de que algo va mal en una familia, es la aparición en los niños/as de conductas desadaptadas.

Los niños/as tras la ruptura de la unidad familiar pasan por un período de ajuste que puede dar lugar a conductas desadaptativas, pudiendo alcanzar la normalización posterior siempre y cuando el proceso de separación de los padres, no haya sido demasiado traumático.

En los casos en que el divorcio ha sido complicado y vivido agresivamente por el niño, los estudios muestran que pueden tener bajos rendimientos académicos, problemas conductuales, aislamiento social, baja autoestima y menor motivación de logro, que influye en su posterior desarrollo, incluso en la edad adulta.

No obstante todas estas complicaciones están moduladas por un elevado número de elementos que deben ser tratados; la relación de los niños/as con el progenitor custodio, la relación con el no custodio, la compensación del entorno social y la familia extensa, ascensos o descensos en el nivel económico, conflictos postdivorcio entre los progenitores etc..

Diversos estudios recientes informan que existe un mayor número de problemas conductuales entre los niños/as que proceden de los hogares monoparenterales, ya que inciden muchos factores que pueden hacer que se derive en lo indicado: problemas económicos, más desgaste del progenitor único en el cuidado de los hijos, falta en la mayoría de los casos de una autoridad paterna, escaso apoyo social y familiar.

Son diversos por tanto los factores que inciden en que se produzca una ruptura familiar y de ellos depende el posterior desarrollo de sus miembros y la reacción cognitiva, emocional y conductual, principalmente los niños/as que en estos casos son más sensibles al cambio y la forma en la que este se da, no teniendo la capacidad suficiente para asimilar los cambios en la forma en que estos se producen.

En la mayoría de los casos, es aconsejable buscar el apoyo de un especialista en psicología infantil, principalmente en aquellos casos en que el niño/a muestre conductas o estados emocionales, fuera de su patrón normal de comportamiento.

El apoyo psicológico le ayudará a sobrellevar esta situación, de la mejor forma posible y a comprender, analizar y asimilar este proceso y sus futuras consecuencias, con el fin de conseguir que el niño/a se adapte lo mejor posible a los cambios y los asimile sin que afecte o altere el posterior desarrollo de su autoestima, estado psicológico general, cognitivo, emocional, conductual o incluso físico y social.

domingo, 22 de marzo de 2015

DISFASIA


La disfasia se caracteriza por un desarrollo del lenguaje severamente alterado en niños mayores de cinco años en comprensión y emisión del lenguaje, aunque con inteligencia normal.

La disfasia es un trastorno del lenguaje que se diagnostica en niños/as a  los cinco años de edad y que sus características principales son: dificultad en la comprensión y emisión del lenguaje, atención dispersa, aislamiento o labilidad emocional, aunque no se encuentra asociado a déficit de inteligencia, ya que esta se encuentra dentro de los rangos de la normalidad.

Las características que definen a la disfasia son:

 En el campo lingüístico:

-          Deficiencia expresiva desde mutismo hasta cuadros dislálicos. La intencionalidad comunicativa que presentan estos niños/as es pobre, con dificultades para adaptarse al interlocutor, repetir frases y estructurar de forma adecuada la sintaxis en cualquier mensaje (agramatismo), muestran además deficiencia en la integración auditiva y en el vocabulario.
-          Deficiencias receptivas: déficit en el reconocimiento de sonidos con significado y dificultades para repetir y recordar enunciados largos, problemas al evocar y uso habitual de muletillas.

En el campo no lingüístico:

-          Deficiencia cognitivas: presentan dificultades con el juego simbólico y con la construcción de imágenes mentales, principalmente con la memoria secuencial, auditiva a corto plazo y verbal.
-          Deficiencias psicomotrices: pueden mostrar dificultades práxicas, alteraciones en la lateralización, déficit en la orientación espacio-temporal e inmadurez en las destrezas motoras.
-          Deficiencias conductuales: se asocia con el déficit de atención con hiperactividad de tipo combinado y con alteraciones en las relaciones afectivas y en el control de las emociones.

Se aconseja en estos casos un tratamiento global psicopedagógico de las diferentes áreas a tratar; lingüística tanto en emisión (oral y escrita), como en recepción y su procesamiento, cognitiva (atención, razonamiento, comprensión y memoria), psicomotriz y conductual (principalmente en control emocional y conductual), con el fin de subsanar el déficit, de forma que no derive en problemas psicológicos, pueda afectar a su aprendizaje, relaciones sociales o familiares.

domingo, 15 de marzo de 2015

TRASTORNOS ESPECIFICOS DEL APRENDIZAJE ESCOLAR Y ALTERACIONES DESARROLLO DEL LENGUAJE

Los problemas de aprendizaje de lectura, cálculo o expresión escrita, que oscilan entre el 2-10% de la población, interfieren significativamente en el rendimiento académico y  en las actividades cotidianas que requieren de estos aprendizajes. Pueden persistir si no se trata, a lo largo de la vida.

Habitualmente los niños/as que presentan trastornos de aprendizaje en lectura, cálculo o escritura, no lo presentan en una sola área sino en dos o más y en diversas ocasiones puede aparecer relacionado, con alteraciones en el desarrollo del lenguaje.

Estas dificultades de aprendizaje, pueden ser debidas a deficiencias neuropsicológicas permanentes: cognitivas, sensoriales, fisico-motora o afectivo- emocional, que deberán identificarse y tratarse como (autismo, psicosis, sordera, deficiencias ligeras o profundas etc.) o dificultades de aprendizaje temporales: deficiencias en funciones superiores, desarrollo psicomotor, perceptivas y atencionales transitorias, lenguaje oral (dislalias, disfasia, disfonía), comprensión-expresión del lenguaje (afasia, disfemia, retraso del lenguaje, dislexia, disgrafía), socioambiental y familiar (trastornos afectivos transitorios).

Estas dificultades de aprendizaje denominados, trastornos específicos del desarrollo del aprendizaje escolar, se clasificarían en:

-          Trastorno específico de la lectura, se trata de un déficit significativo y específico del desarrollo de la capacidad de leer, no explicado por el nivel intelectual o problemas de agudeza visual, en el que se encuentra afectada la capacidad de comprensión lectora, reconocimiento de palabras, capacidad de leer en voz alta. En ocasiones aparecen problemas de ortografía y trastornos específicos del desarrollo del habla y del lenguaje. En el rendimiento lector aparecen omisiones o sustituciones, junto con déficits propios de la lectura; trastornos de atención que a menudo se acompañan de hipercinesia e impulsividad y de problemas emocionales. Este retraso incluye retraso específico de la lectura, lectura en espejo, dislexia del desarrollo, disortografía asociada o trastornos de lectura.
-          Trastorno específico de la ortografía: existe un déficit específico y significativo del dominio de la ortografía, en ausencia de antecedentes de un trastorno específico de la lectura y que no es explicable por un nivel intelectual bajo, problemas de agudeza visual. Se encuentra afectada la capacidad de deletrear en voz alta y escribir palabras correctamente, las faltas de ortografía pueden ser correctas desde un punto de vista fonético. Este trastorno incluye: retraso específico de la ortografía sin trastorno de la lectura y excluye: dificultades de ortografía atribuibles a una enseñanza inadecuada, trastorno adquirido de la ortografía y dificultades de la ortografía, asociadas a trastornos de lectura.

Las alteraciones en el desarrollo del lenguaje, están muchas veces relacionados con estos dos trastornos e incluso con el trastorno del cálculo asociados a trastornos de lectura y/u ortografía y en ellos pueden presentarse al escribir o leer:

  • Omisiones: omisiones de letras sílabas o palabras, producido por un aprendizaje de lectura ineficiente, falta de entrenamiento en la emisión sonora del grafema que omite, dificultades en la integración intersensorial (el niño/a no es capaz de relacionar exactamente todos los signos gráficos, con sus respectivos fónicos) y lectura acelerada.
  • Sustituciones: existen letras que al pronunciarse tienen sonidos similares y por consiguiente son confundidas. Este tipo de error aparece con mayor frecuencia, en los grafemas consonánticos. Entre las posibles causas: dificultades en la discriminación auditiva, carencia de habilidades de segmentación fonológica y déficit en entrenamiento gramofónico.
  • Separaciones: consisten en la no unión de letras o sílabas que configuran una palabra, dando lugar a que se formen palabras sin ningún tipo de significado. Entre las posibles causas se encuentran dificultades perceptivas, falta de dominio en la organización espacio-temporal y deficiencias en el conocimiento palabra- frase.
  • Traslaciones: se produce cambio en el lugar de las letras y silabas en el sentido derecha-izquierda. Es un error muy frecuente en sílabas directas e inversas. Entre las causas dificultades en el ritmo o en la secuenciación.
  • Inversiones: implican un cambio en los trazos del fonema en la parte superior o inferior. Las dificultades de orientación espacial, percepción visual y discriminación se encuentran en la base de dicha alteración.
  • Confusión de letras de orientación simétrica: concretamente b-d, b-p, p-q, b-g, u-n, g-p, d-p. Entre las causas: déficit en la lateralidad y en la orientación espacio-temporal.

Trastorno específico del cálculo: se trata de una alteración específica de la capacidad de aprendizaje de la aritmética, concretamente con la adición, sustracción, multiplicación o división. Se encuentra afectada la capacidad visoespacial y visoperceptiva, los niveles de lectura son normales y su capacidad lectoescritura se encuentra dentro de la media. Los problemas de cálculo comprenden; fracaso en la comprensión de conceptos básicos de las operaciones aritméticas específicas, dificultad en el manejo de las reglas aritméticas, mala organización espacial de los cálculos aritméticos y dificultad para alinear los números o para insertar decimales o símbolos durante los cálculos. Se incluye bajo este epígrafe: trastorno de aprendizaje de la aritmética, acalculia y discalculia del desarrollo no adquirida y excluye dificultades del cálculo atribuibles a una enseñanza inadecuada, trastorno adquirido de la capacidad de cálculo y dificultades de cálculo asociadas a trastornos de lectura o de ortografía