LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

jueves, 25 de diciembre de 2014

LA AFASIA


La afasia es la perdida de capacidad para expresarse o comprender el lenguaje y conlleva problemas de comunicación de diversa índole.

La capacidad de comunicación es la que nos permite establecer unas relaciones extensas, plenas y satisfactorias. Cuando esta capacidad se deteriora, como sucede en la mayor parte de las demencias, secundariamente aparecen dificultades para garantizar el bienestar tanto de la persona enferma, como de quienes le rodean.

La alteración del lenguaje puede suceder de forma brusca, como en el caso de los accidentes vasculares cerebrales, o gradualmente, como sucede en la enfermedad de alzheimer.

El lenguaje puede verse afectado en distintos aspectos, las alteraciones pueden agruparse según sean de expresión o de recepción del lenguaje.

Así el lenguaje expresivo se refiere a la capacidad de hablar y se entendido. En las demencias, suele perderse de forma gradual; siendo lo más característico la dificultad para encontrar las palabras adecuadas, mientras que en fases avanzadas de la enfermedad quizá la persona parezca farfullar o murmurar, siendo francamente difícil entender lo que dice.

La alteración del lenguaje receptivo, en la mayor parte de las ocasiones no es paralelo a la pérdida del lenguaje expresivo, ya que una persona puede entender más de lo que es capaz de decir o al contrario, puede hablar bastante bien pero no entender nada de lo que se le dice.

La alteración del lenguaje no es un buen indicador del grado de perdida de otras funciones, una persona con una gran alteración del lenguaje, tal vez pueda desenvolverse razonablemente bien en muchas actividades cotidianas.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

CAUDAL LINGÜISTICO Y DIFICULTAD DE APRENDIZAJE


Las dificultades con el lenguaje de diversa índole en la infancia, generan carencias conceptuales, delimitando sintáctica y semánticamente la estructura de su lenguaje, lo que impide y lentifica su aprendizaje a la larga en cualquier área, pudiendo afectar en mayor a menor grado a su estructuración cognitiva general.

En el proceso de rehabilitar trastornos de aprendizaje observamos como numerosos niños/as con déficits intelectuales (aunque con puntuaciones consideradas normales, en aquellas pruebas que los psicólogos hemos dado en llamar de inteligencia) que no siguen un aprendizaje normal, demuestran poseer un caudal lingüístico significativamente inferior al del resto de sus compañeros.

En estos casos se debe conseguir que estos niños/as alcancen un sistema progresivo y estructurado del lenguaje, con el que sean capaces de pensar y comunicarse de forma correcta, que introduzca progresivamente las palabras que han de formar su vocabulario, además de las estructuras lingüísticas adecuadas acorde a su nivel de desarrollo evolutivo.

Una de las áreas de mayor dificultad en el aprendizaje escolar, debido a trastornos del lenguaje, es la correcta asimilación de conceptos, que puede darse incluso en niños/as considerados inteligentes en la valoración de dichas pruebas.

La formación de conceptos es un proceso tan importante, que eslabona la percepción, el aprendizaje y el pensamiento. Siendo la percepción, la que se ocupa de la recepción e interpretación de la información y el pensamiento, quién manipula esa información para conseguir la solución de problemas y el ajuste al mundo, mediante la base de una correcta asimilación conceptual.

Es de suponer que el proceso de conceptualización requiere, además del correcto funcionamiento del sistema perceptivo, la actuación de otros procesos cognitivos como la atención, la memoria, el razonamiento, el lenguaje e incluso la propia motivación.

La formación de conceptos en los niños/as es fundamental para su aprendizaje y tiene gran importancia, la información previa que posean para su nueva adquisición conceptual. Las últimas investigaciones evolutivas han considerado que el sistema de procesamiento de la información, está preparado desde las primeras semanas de vida del niño/a para la formación conceptual y han probado experimentalmente, la capacidad de los bebés a partir de los tres meses, para formarse prototipos y categorías conceptuales. De ahí la importancia, del correcto desarrollo de cada uno de los procesos cognitivos indicados anteriormente, implicados en el aprendizaje del niño/a.

El grado de desarrollo cognitivo del niño/a está mediatizado inequívocamente por el nivel de desarrollo madurativo, por lo que debe tenerse en cuenta ante la necesidad de un posible apoyo rehabilitador en cualquiera de las áreas.

Debe considerarse además que; las estructuras cognitivas y conceptuales se adquieren durante todo el desarrollo y hasta la edad adulta, por lo que hay que considerar los niveles y valores adecuados que debe tener el niño/a en cada una de las edades y etapas del desarrollo.

El funcionamiento correcto de cada uno de los procesos cognitivos: atención, memoria, razonamiento, lenguaje y motivación es fundamental para su correcto desarrollo y aprendizaje, por lo que deberá tratarse cualquier déficit que se de en cualquiera de ellos a lo largo de su desarrollo, para evitar que influya de forma negativa en su aprendizaje.

domingo, 7 de diciembre de 2014

CONTROL ANSIEDAD EN LOS EXAMENES Y DIFICULTAD DE APRENDIZAJE


La ansiedad que produce enfrentarse a un examen, es algo que los niños/as sin dificultad de aprendizaje aprenden a controlar y ajustar con más facilidad, de forma que les permite un rendimiento óptimo. Conseguir alcanzar un nivel de arousal intermedio, es primordial para tener éxito en las pruebas académicas. Pero ¿Cómo es este control en los niños con dificultad en el aprendizaje, producida por algún déficit?

Un aspecto como el de la ansiedad ante un test o examen académico, que es lógico en este tipo de situaciones, es variable de unos niños/as a otros aunque no existan dificultades de aprendizaje. En general en situaciones normales, los niños/as aprenden a controlar y ajustar esta ansiedad, de forma que les permita un rendimiento óptimo.

Pero ¿Que ocurre en los casos en los que existe dificultad de aprendizaje, derivada de algún problema o déficit? Si existe en el niño/a algún déficit como TDAH, TGD dislexia, dificultad con el lenguaje o razonamiento matemático, derivado de los anteriores u otros problemas, lo normal es que se produzcan a lo largo del desarrollo académico situaciones de ansiedad, sobre todo si el problema no está controlado, que les haga difícil a estos niños/as encauzar de forma correcta su ansiedad, cuando se enfrentan al aprendizaje y/o a los exámenes.

Pero ¿Qué significa encauzar correctamente la ansiedad? ¿Cómo se puede conseguir con una dificultad de aprendizaje?

El rendimiento en el aprendizaje principalmente en situaciones donde los niños/as son evaluados, depende no sólo de los conocimientos o dificultades que se pueda tener al enfrentarse a la materia, sino también y además del control de la ansiedad que esa situación genera, que se conoce como el control del nivel de arousal.

En situaciones de aprendizaje académicas principalmente cuando nos enfrentamos a un examen, podemos hacerlo con un nivel de máxima ansiedad, es decir, con un nivel de arousal o excitación excesivo, que puede llevar al niño/a a paralizar su correcta productividad, dando lugar a lo que común mente se conoce como “quedarse en blanco”, que deriva en un mal rendimiento en el examen o incluso a no llegar a realizarlo.

Otra situación que se puede dar al enfrentarse a un examen,  es que el nivel de activación o arousal sea tan bajo, que no exista apenas activación para producir o rendir. Este nivel de activación se da en aquellas situaciones, en las que los niños/as no descansen bien, tienen algún problema emocional, de aprendizaje o de otro tipo que les haga perder el interés o la motivación por la situación, bajando excesivamente el nivel de arousal necesario para enfrentarse al examen, produciendo un mal rendimiento en la prueba o situación que enfrentan. Esta circunstancia es muy usual en aquellos niños/as con problemas de aprendizaje, derivados de algún déficit no tratado o llevado de forma incorrecta en la mayoría de los casos, lo que les lleva a pensar que, la situación es incontrolable y tiran la toalla. Esta circunstancia puede producir, falta de interés, atención y/o de la suficiente motivación y nivel de estado de alerta necesario, para poder llevar a cabo con éxito la prueba en cuestión.

Se trata por tanto de hallar el nivel de arousal intermedio para cada niño/a y según la situación, que le permita el máximo rendimiento en situaciones de aprendizaje y cuando se enfrenta a alguna prueba de conocimiento.

Esto es algo que hay que aprender a controlar a lo largo del desarrollo y en cualquier situación de la vida, pero principalmente en la situación académica. Este nivel es el que nos permite dar el máximo rendimiento, en cualquier situación de aprendizaje y también en cualquier examen.

El nivel de activación hay que enseñar a controlarlo, principalmente en aquellas situaciones en las que existan dificultades de aprendizaje y algún déficit en tratamiento que esté impidiendo el adecuado rendimiento intelectual, por lo que forma parte de la terapia psicopedagógica que se aplica en cualquier caso, donde se esté tratando algún déficit o retraso en el aprendizaje.

Los déficits pragmáticos y metacognitivos, también se dan de forma frecuente en muchas de las dificultades de aprendizaje, como en el aprendizaje de las matemáticas, aunque son más comunes encontrarlas en las dificultades de aprendizaje del lenguaje. Estos déficits también se encuentran muy relacionados, con el control de los citados niveles de arousal, por lo que también se consideran a la hora de realizar una terapia psicopedagógica, en cualquier caso de dificultad de aprendizaje.

Las diferencias individuales juegan un papel importante, principalmente relacionados con el tipo déficit que este produciendo la dificultad de aprendizaje, además de otros factores como autoestima, habilidad social o factores conductuales derivados, que también deberán tenerse en cuenta en el tratamiento psicopedagógico.