LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

sábado, 24 de enero de 2015

MANEJAR EL ESTRÉS LABORAL



 La vivencia de situaciones estresantes prolongadas en el entorno laboral, puede acarrear consecuencias graves para la salud, como ansiedad, depresión, insomnio, enfermedades cardiovasculares, debilitamiento del sistema inmunológico etc. Comprometiendo seriamente el bienestar físico y psicológico de quien lo padece.

Es común en la mayoría de las personas experimentar estrés en el trabajo, en algún momento de su vida. En numerosas ocasiones se trata de situaciones estresantes puntuales que no constituyen mayor problema por ejemplo, (realizar una tarea bajo presión en un plazo establecido). Pero cuando los problemas persisten en el tiempo, el estrés puede cronificarse, comprometiendo seriamente el bienestar físico y emocional de la persona que lo sufre.

Los factores que se dan en el lugar de trabajo y pueden hacer desencadenar el estrés laboral son varios entre ellos: percibir un bajo salario, soportar cargas de trabajo excesivas, pocas oportunidades de crecimiento dentro de la empresa, trabajo poco estimulante, falta de claridad y demandas contradictorias o sensación de falta de control en las decisiones, entre otros.

A corto plazo, la vivencia de este tipo de circunstancias provoca malestar físico y psicológico en el trabajador (dolor de cabeza, dolor de estómago, trastornos del sueño, irritabilidad, falta de concentración etc.), pero cuando las situaciones se prolongan, acarrean consecuencias más graves para la salud, como ansiedad, depresión, insomnio, aparición de enfermedades cardiovasculares, debilitamiento del sistema inmunológico etc.

Para atajar el problema algunas personas, utilizan métodos poco saludables para lidiar con el estrés (fumar, beber alcohol, tomar medicación, comer en exceso o poco etc.), lo que lleva a agravar el problema en lugar de eliminarlo.

Los casos de estrés a largo plazo en el ámbito del trabajo, lamentablemente se dan con demasiada frecuencia y constituyen un grave problema de salud laboral y personal. Por eso es conveniente seguir una serie de recomendaciones, para enfrentarse al estrés laboral:
-          Identificar los estresores: Se trata de hacer un registro de las situaciones estresantes que se han dado y como responde a ellas, con el fin de identificar patrones de estrés y factores desencadenantes.
-          Desarrollar respuestas saludables: Los métodos saludables que se pueden llevar a cabo para combatir el estrés serían; realizar ejercicio físico, reservar un tiempo para disfrutar de sus aficiones o actividades favoritas, construir hábitos de sueño saludables entre otros.
-          Establecer límites: En la actualidad con las nuevas tecnologías es posible trabajar desde cualquier lugar y estar disponible las 24 horas del día, lo que provoca que se difuminen los límites entre la vida profesional y personal. No permita que esto ocurra, instaure una línea de trabajo clara en su trabajo.
-          Tomarse un tiempo para recargarse: Para evitar efectos negativos de estrés crónico y agotamiento, necesitamos un tiempo para reponernos y volver a nuestro nivel de funcionamiento, antes de episodio estresante. Este proceso de recuperación requiere desconectar del trabajo. Siempre que sea posible tómese un tiempo libre para relajarse y descansar.
-          Aprenda a relajarse, empleando técnicas de relajación, le ayudará a afrontar las situaciones de otra manera.
-          Hable con su supervisor, numerosos estudios señalan que los empleados saludables, suelen ser más productivos. Este hecho debería incentivar a los empleadores para crear un buen clima laboral que promueva el bienestar de sus trabajadores. Se debería elaborar un plan eficaz para gestionar los factores estresantes que dentro de la empresa y en el puesto de trabajo se han identificado.
-          Buscar apoyo, contar con apoyo social de amigos o familiares puede mejorar la capacidad para manejar el estrés. En los casos en que la persona siga sintiéndose abrumada por el estrés laboral y no sepa manejarlo, deberá acudir a un especialista en psicología para que le ayude a adquirir hábitos de comportamiento adecuados y saludables.

domingo, 4 de enero de 2015

INTERVENCIÓN EN TDAH


Numerosos expertos han definido de vertiginoso el aumento de casos diagnosticados como TDAH, el porcentaje de niños diagnosticados se sitúa entre el 3% y el 5% de la población infantil.

La prevalencia del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) ha alcanzado en las últimas décadas, dimensiones epidémicas. En este proceso han aparecido numerosas publicaciones sobre el trastorno, pero sin evidencias sólidas que identifiquen las causas del TDAH.

Existen posturas que apoyan la teoría de una etiopatogenia genética y neurobiológica,( a pesar de no contar en la actualidad con marcadores biológicos consistentes, que nos permitan diagnosticar el TDAH), y otros defienden la intervención de los modelos psicoeducativos.

Resulta lógico preguntarse entonces, ¿Cuál es el tratamiento más adecuado para el abordaje del TDAH?. Si atendemos a la Guía de Práctica Clínica para el TDAH del Instituto Nacional de Salud y Excelencia Clínica (NICE) de Reino Unido, las recomendaciones proponen la intervención psicosocial frente a la farmacológica, como tratamiento de primera línea en niños y adolescentes, tratamiento que se lleva a cabo mediante terapia psicológica y psicopedagógica.

Sin embargo, es la intervención farmacológica la que en los últimos años está cobrando un mayor peso, dando como consecuencia un incremento alarmante en el número de prescripciones de psicofármacos. El incremento es tal, que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de UNICEF y la organización mundial de la salud OMS, ha indicado a los profesionales de la Salud Mental Infanto-juvenil, la necesidad de realizar un diagnóstico “correcto y estricto” y establecer un tratamiento farmacológico “solamente con posterioridad a la tentativa de otro tipo de tratamientos psicopedagógicos y/o conductuales”. Han recomendado además elaborar un profundo análisis de la relación de los condicionantes sociales, instando a adoptar “iniciativas para proporcionar tanto a estos niños, como a sus padres y maestros, acceso a la amplia gama de tratamientos y medidas educativas y psicológicas existentes”.

El Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea da un paso más, alertando a través de un informe, de la necesidad de que los fármacos empleados en las terapias “se utilicen sólo de forma excepcional, dados su efectos adversos cardiovasculares, psiquiátricos y endocrinos”.

Como se puede observar en los últimos años, el estudio sobre el TDAH, ha suscitado una gran controversia. A pesar de la multitud de investigaciones surgidas en torno a este trastorno, sigue sin existir consenso ni claridad en muchos aspectos, lo que provoca una división en la comunidad científica, clínica y educativa.

Lo que sí parece evidenciarse en el tratamiento que requiere este tipo de trastorno es que; la base terapéutica psicológica y psicopedagógica, con o sin tratamiento farmacológico, es importante para  la total recuperación .

sábado, 3 de enero de 2015

DEPRESIÓN EN EL TRABAJO


En el entorno laboral uno de cada tres trabajadores presenta problemas de depresión, estrés o síndrome de estar quemado (burnout) y en el 83% de los casos la depresión da lugar a soledad y aislamiento del trabajador.

La depresión constituye el problema de salud más frecuente en muchos países incluido España. Según la asociación Europea de la Depresión más de uno de cada diez ciudadanos, puede sufrir depresión en algún momento de su vida, lo que conlleva síntomas como: falta de atención, pérdida de memoria, dificultad para la planificación y toma de decisiones. Estos síntomas cognitivos repercuten gravemente el desempeño y la productividad laboral y producen además un alto absentismo laboral.

A pesar de la elevada prevalencia de los problemas de depresión entre los empleados, la mayor parte de las empresas, no están debidamente preparadas para hacer frente o prevenir estas situaciones. Por lo que se debería implementar estrategias de apoyo desde la propia empresa para prevenir y paliar los síntomas de este colectivo, en el lugar de trabajo.

La implementación de políticas en la empresa para articular procesos estructurados adecuados y saludables para los trabajadores que mejoren el clima laboral, la estructura organizacional, el sistema y organización del trabajo, la comunicación o el sistema de incentivos entre otros, además de producir adecuados servicios de apoyo a los trabajadores con depresión, no sólo beneficia a este colectivo, sino a los trabajadores de la organización en general y a la propia empresa, a través del aumento del rendimiento y la reducción de al menos entre el 10% y el 30% de los días de trabajo perdidos, por problemas de salud mental.

Es vital que las empresas y por tanto sus empleadores, adopten una actitud proactiva en la promoción de un ambiente de trabajo saludable, que apoye a los empleados con depresión y prevenga futuras situaciones que puedan producir síntomas cognitivos similares, en otros trabajadores.

Aprender a manejar y controlar los índices de depresión que se dan dentro de la empresa, es un objetivo primordial que debe tener en cuenta su política de recursos humanos, con el fin de reducir estos índices en el caso de que sea elevado, además de prevenir, controlar y solventar sus síntomas con políticas adecuadas que promuevan los cambios necesarios, para mejorar el rendimiento laboral general y en particular de este colectivo.