LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

sábado, 29 de junio de 2013

EXPECTATIVAS FAMILIARES Y RENDIMIENTO ACADÉMICO


Las familias con expectativas elevadas de rendimiento académico para sus hijos, también les proporcionan una orientación y apoyo consistente en aspectos escolares.

Diversos estudios constatan que los niños con alto rendimiento invierten alrededor de 20 horas a la semana, fuera de horario escolar, en actividades constructivas de aprendizaje, con frecuencia con el apoyo, guía o participación de sus padres.

Existen además estudios que demuestran que, las familias que proporcionan un ambiente estimulante y de apoyo, con riqueza lingüistica, contrarrestan incluso la relación conocida entre clase social baja y bajo rendimiento académico, consiguiendo buenos resultados académicos.

Una marcada ética del trabajo, enseñándoles que los resultados se obtienen más a través del esfuerzo que de las habilidades innatas o de sacar provecho de las situaciones, les preparan para las demandas del aprendizaje escolar y contribuyen a obtener éxito académico.

Con todo ello, el niño llega a la escuela preparado en actitud, hábito y habilidad para aprovechar al máximo la instrucción del profesor, lo que incrementa su eficacia.

Parece evidente que cuanto antes tengan lugar estas conductas dentro del ámbito familiar, en la evolución del niño, mayores serán las repercusiones sobre su rendimiento académico, máxime teniendo en cuenta que en las edades de la etapa de secundaria, parte de la importancia de la familia pasa al grupo de iguales, dificultando la instauración de estas conductas, si no han tenido lugar antes de la mencionada etapa.

Cuando los padres aprenden sistemas para guiar y orientar el tiempo e sus hijos fuera del ámbito escolar, los niños consiguen mejores resultados académicos.

Las escuelas que enseñan a los padres, formas de reforzar el aprendizaje académico de sus hijos en casa, encuentran alumnos más motivados para aprender y de asistencia más regular.

Los niños alcanzan mejores resultados académicos cuando sus padres establecen para ellos metas altas pero realistas, dando prioridad al trabajo escolar y a la lectura en lugar de ver la televisión o estar de ocio, además se ha observado que cuando los niños ven la televisión más de 90 minutos diarios, el rendimiento académico disminuye.

Por eso los padres deberían establecer las siguientes rutinas:

  • Tiempo establecido de estudio en casa.
  • Rutinas diarias que incluyan tiempo para comer, dormir, jugar, trabajar, estudiar y leer.
  • Tener un lugar tranquilo y bien acondicionado para estudiar y leer.
  • Interés familiar en pasatiempos, juegos y actividades de valor educativo.
Estas pautas aumentan la el éxito académico de nuestros hijos y dismimuyen la probabilidad de un futuro fracaso escolar.

jueves, 27 de junio de 2013

AUMENTO ESPERANZA DE VIDA, PERO CON PEOR CALIDAD


España puede presumir de situarse entre los países con mayor esperanza de vida 81,4 años en 2010, aunque los datos parecen revelar que no se vive con mejor calidad,    " se vive más tiempo pero se vive más enfermo".

Entre las causas de muerte prematura en España, las enfermedades crónicas, como los trastornos cardiovasculares, el infarto, el cáncer de pulmón, y el cáncer de colón, son las más comunes.

Además debido al aumento del envejecimiento de la población, se ha producido un aumento de la incidencia y prevalencia de demencias tipo alzheimer. También  han aumentado, los trastornos musculoesqueléticos como la lumbalgia y el dolor de cuello, junto con los trastornos mentales, principalmente el trastorno depresivo. Estas suponen las causas principales, de daños asociados a discapacidad en España.

Pero ¿Porque perdemos años de vida saludables? ¿Cuales son actualmente nuestros malos hábitos? Parece ser que una dieta inadecuada, principalmente debido a la falta de tiempo, el exceso de peso, tabaquismo, sendentarismo, consumo de alcohol, elevada presión arterial o altos niveles de glucosa en sangre, hacen que perdamos años de vida saludables.

Además cada vez, existe un numero mayor de discapacidades que limitan la movilidad, la visión, la capacidad auditiva o la capacidad de pensar con claridad.

Las personas con estos tipos de trastornos, presentan un riesgo superior de padecer ansiedad o depresión, por lo que es importante el tratamiento de aspectos psicológicos, en la evolución de la sintomatología física de estos pacientes.

El aumento de las enfermedades crónicas y los trastornos mentales, nos lleva a pensar que es importante la prevención y promoción de la salud, orientada a cambiar comportamientos de riesgo para la salud y promover estilos de vida saludable. Los tratamientos psicológicos, que nos ofrecen herramientas para tratar y prevenir estos problemas, como consecuencia del actual estilo de vida, es lo más adecuado.

La intervención psicológica y temprana en salud, principalmete para tratar y prevenir problemas de ansiedad y depresión en niños,  hace que estos  adquieran pronto las herramientas necesarias, que les lleven a un mejor estilo de vida y a prevenir daños físicos futuros.

domingo, 23 de junio de 2013

EMOCIONES, ESTRÉS Y BURN-OUT


En cualquier relación humana las emociones son claves, como proceso resultante de la evaluación cognitiva de acontecimientos significativos en nuestro ambiente material y social, dando lugar a respuetas adaptativas, que ayudan a sobrellevar las consecuencias de cada situación.

En la actualidad existe en diversos entornos laborales y profesionales un clima de insatisfacción en los profesionales, debido principalmente a diferentes factores como: falta de disciplina o de apoyo en el trabajo, rutinas que dificultan el desarrollo óptimo de la actividad profesional, inadecuación de horarios profesionales, falta de reconocimiento laboral, trabajos mal remunerados y no valorados, entre otros.

Uno de los síndromes de las fases avanzadas del estrés laboral crónico, es el síndrome de burn-out, también conocido por "síndrome del profesional quemado" o de "desgaste profesional". Los principales síntomas que suele presentar son: agotamiento físico y psicológico, actitud fría y despersonalizada en la relación con los demás y sentimiento de inadecuación, a las tareas que se deben realizar.

Estos problemas de salud mental se agravan además, en algunos casos, con la aparición de alteraciones fisiológicas como úlceras, insomnio, dolores de cabeza..., y síntomas de distintos trastornos psicológicos como ansiedad, ira o depresión. Las consecuencias de esta situación, finalmente, afectan tanto al profesional por el bajo bienestar psicológico o por el deterioro de sus relaciones sociales en el entorno laboral e incluso familiar, como a la propia organización por el absentismo o abandono de su puesto de trabajo y el resultado de un trabajo de peor calidad.

Pero este tipo de emociones, no sólo surgen como resultado de una situación de estrés, la propia práctica laboral puede conllevar situaciones críticas, como puede ser: hostilidad de algunos compañeros de trabajo, ansiedad al manejar situaciones nuevas o desconocidas, crítica de un superior ante la forma de responder en el trabajo, apatía que provoca la realización de tareas repetitivas, etc. que implican el desarrollo de emociones displacenteras.

Dado el papel mediador de las emociones en las interacciones personales, que ayuda al desarrollo de estados anímicos en los actores, condiciona el clima laboral y los efectos sobre el funcionamiento cognitivo, componente esencial para obtener un adecuado rendimiento laboral o incluso aprendizaje o mejora en el rendimiento. Resulta ensencial incorporar el conocimiento y manejo correcto de las emociones, así como el desarrollo de competencias emocionales, dentro de cualquier ámbiente laboral. 

Nuestro propio conocimiento emocional, es un aspecto fundamental para nuestro desempeño profesional e incluso nuestro desarrollo profesional, el desarrollo de dichas competencias, nos puede facilitar las cosas en nuestro entorno laboral.

Estos conocimientos, nos sirven para que seamos trabajadores emocionalmente preparados, con habilidades de afrontamiento y recursos necesarios para afrontar mejor los eventos estresantes de tipo laboral y manejar más adecuadamente las respuetas emocionales negativas, que frecuentemente surgen en las interacciones que se mantienen con los compañeros de trabajo, el jefe o los clientes.

En los últimos años se ha venido incorporando en las empresas un programa de desarrollo de la inteligencia emocional en los trabajadores. Este programa propone la existencia de una serie de habilidades básicas tales como la percepción, la asimilación, comprensión y regulación emocional en determinadas situaciones problemáticas. Una vez desarrolladas y prácticadas dichas habilidades, se estaría preparado para adquirir competencias más complejas.

El desarrollo de dichas habilidades es una herramienta útil, para el afrontamiento de la conflictividad personal e interpersonal, en las empresas, así como para el desarrollo integral del propio trabajador. 

En los casos en que la persona tenga también síntomas psicológicos depresivos o de ansiedad o físicos, la ayuda de un especialista puede ser útil para que adquiera las competencias y habilidades cognitivas y emocionales necesarias, que la hagan reconducir su vida profesional y aprenda a afrontar las situaciones problemáticas y de estrés de forma adecuada.

sábado, 22 de junio de 2013

ANSIEDAD Y FOBIA


La ansiedad es un sentimiento de peligro inminente que incluye tensión y angustia; a nivel fisiológico, activa el sistema nervioso simpático y origina reacciones tan conocidas como latidos del corazón acelerados, presión arterial elevada, sudoración, temblores, respiración rápida y tensión muscular.

Los síndromes de ansiedad desadaptada como los trastornos fóbicos, de pánico y la ansiedad generalizada, se estiman que influyen a un 8% de la población en los Estados Unidos.

Por fobia entendemos, un miedo excesivo e injustificado hacia un objeto o situación específica, manejado a través de la evitación insistente.

Los fóbicos saben que su ansiedad es desproporcionada, en relación con la amenaza que esta implica, pero se sienten incapaces de vencer estos sentimientos.

Casi todo el mundo tiene temores que pueden considerarse fobias menores, pero sólo una minoría presenta fobias paralizadoras. Se asumen que las fobias son desordenes, sólo cuando son destructoras e incapacitan. Como en el caso de Martha, desde que era niña tenía miedo a dormir sola en casa, cuando se casó a veces tenía que dormir sola, por el trabajo de su marido, pero buscaba constantemente ayuda de familiares para que pasaran la noche en su casa, la fobia estaba controlando su vida.

Las fobias las podríamos dividir en torno a tres categorias:
  • Fobias sociales: las personas que las padecen, temen a las circunstancias en los que los demás puedan analizarlos, por ejemplo, hablar a un grupo, usar los sanitarios públicos, comer en restaurantes o leer mientras otras personas están presentes.
  • Las agorafobias: son las más comunes entre las personas que buscan terapia, se caracterizan por miedos a estar solos o en lugares públicos, como en muchedumbres, calles transitadas, puentes, elevadores o autobuses. A menudo la explicación racional al temor, que aluden, implica dos ideas: "la escapatoria podría ser difícil" y "pudiera no haber auxilio en una situación de incapacidad repentina".
  • Fobias simples: muy difundidas entre la población en general, giran en torno a miedo a objetos animales, lugares cerrados, alturas.
Los miedos nos sirven para evitar un peligro potencial que intensificaría nuestra supervivencia, quizás están programados en parte por la evolución. El problema viene cuando estos no sirven para tal fin y son infundados e ilógicos, produciendo en la persona que los padece, episodios de parálisis cotidianos o influyendo y controlando su vida de tal forma, que no le permite avanzar o tener una vida normal. En ciertos momentos estos, pueden ir acompañado de  crisis de ansiedad importantes y extenderse además a otras situaciones produciendo fobias nuevas.

 En estos casos es recomendable, acudir a un especialista que trate tanto la fobia, como las crísis de ansiedad, con el fín de que este problema no se cronifique, pues con el paso de tiempo podría extenderse produciendo otras fobias o agravar las crisis de ansiedad con sintomas psicológicos y físicos importantes.

Las fobias pueden producirse a cualquier edad, en los niños estas fobias deben tratarse para que cuando lleguen a la edad adulta no se conviertan en un problema crónico, que haya limitado la dirección de su vida. Es importante además en estos casos la colaboración y la orientación a los padres, para que sepan como actuar con sus hijos en estos casos.

Las fobias nos parlizan, limitan y dirigen, por eso es necesario que a cualquier edad que aparezcan, seamos conscientes de ellas y solicitemos la ayuda adecuada para poder vencerlas.





miércoles, 19 de junio de 2013

COMO EVOLUCIONA EL LENGUAJE EN NIÑOS DE 3 A 6 AÑOS


A partir de los dos años el incremento de productos lingüísticos por parte de los niños se produce a una gran velocidad en todos los aspectos: palabras, longitud de las oraciones y modo de combinar palabras y frases para formar oraciones.

A esta edad se entienden unas 1400 palabras, adquiriéndose cada día unas 9 palabras nuevas. Esta velocidad de adquisición se debe a la elaboración de mapas conceptuales (es la forma en la que podemos almacenar la información que vamos aprendiendo, mediante mapas de conceptos relacionados uno con otros, cada vez que aprenden un concepto, saben en que zona del mapa almacenarlo), que le permiten al niño aportar significado a las nuevas palabras, solamente con haberla oído una o dos veces.

En estas edades la comprensión de vocabulario es más amplio, que el vocabulario hablado y además la capacidad de comprensión depende de los propios intereses infantiles.

Los niños de esta edades suelen utilizar con frecuencia el habla privada, como un discurso que se dirigen a sí mismos y que puede servir como guía para la conducta y como entrenamiento de las habilidades propias de la conversación pragmática.

La pragmática es un aspecto del lenguaje relacionado con la comunicación efectiva con los demás (respetar el turno de palabra, ceñirse a un tema ...). Con el desarrollo de estas habilidades, los niños incrementan el uso el habla social, o discurso dirigido a otra persona para ser entendido.

¿Pero como se desarrolla el lenguaje social en los niños, tan importante para hacerse entender? ¿Que características tiene a cada edad? ¿Como pasan de un habla telegráfica, a un habla en el cual adaptan su conversación al oyente?

La evolución del habla social por edades es la siguiente:

  • A los dos años y medio: se comienza  originar la conversación y los niños empiezan a reconocer la necesidad de la claridad a la hora de hablar.
  • A los tres años: la pronunciación y a gramática mejoran notablemente, se amplia el lenguaje en la relación con otros niños. Aumenta el uso del lenguaje como instrumento de control en los demás y buscan la manera de aclarar mal entendidos.
  • A los cuatros años: el niño es capaz de cambiar el lenguaje en función del oyente adaptándolo a la situación  y a él. A esta edad ya saben resolver conflictos con palabras y las sugerencias de colaboración hacia lo demás se hacen frecuentes, conocen los fundamentos de la comunicación.
  • A los cinco años: los niños tienen un buen control de los elementos de la conversación y el habla es bastante similar a la adulta.
En estas edades es cuando suele detectarse los retrasos en el habla, como el retraso simple o las disfémias entre otros, que deberán ser tratados, para que en el futuro el niño no tenga otros problemas en el lenguaje o en la escritura y lectura. Muchos de los problemas que los niños tienen con el lenguaje a estas edades, se reflejan posteriormente no sólo en el habla sino también en el proceso lecto-escritor, haciendo que este se adquiera con mayor dificultad. Por eso cuanto antes se traten estos problemas, por medio de un especialista mejor será el pronóstico y la evolución escolar.


lunes, 17 de junio de 2013

LA DEPRESIÓN EN LA ADOLESCENCIA


Clásicamente se ha identificado la adolescencia como un periodo de gran alteración emocional, esto especialmente se puede observar en la adolescencia temprana, donde existe una mayor tendencia a sentirse muy felices o muy tristes, cambiando de una a otra sin aparente explicación; además la intensidad de sus reacciones emocionales, en muchas ocasiones, no tiene relación con la causa que las origina, pudiendo un hecho intrascendente, desencadenar un episodio de cólera.

Por otro lado se sabe que, la afirmación de sentirse muy feliz, disminuye en un 50%, desde la infancia a la adolescencia.

Ante este momento vital resulta importante y positivo que los adultos, especialmente los padres, sean conscientes de esta fuerte inestabilidad emocional y sepan responder comprensivamente, ya que con el tiempo, los adolescentes van manifestando menos reacciones emocionales extremas y se muestran más competentes socialmente.

Debido a estos cambios de humor la adolescencia es un periodo muy propenso a la depresión, sin embargo, es importante distinguir entre espisodios ocasionales de depresión y estados de depresión profunda. En el primer caso, entre el 25% y el 40% de la chicas y entre el 20% y el 35% de los chicos informan haberse sentido desesperanzados durante dos o más semanas seguidas, lo que influyó negativamente en sus actividades diarias; sin embargo, sólo un 3% experimenta un auténtico trastorno psicológico de depresión severa.

Como puede observarse en los datos y al igual que sucede en la población adulta, las chicas adolescentes manfiestan una mayor incidencia de episodios depresivos que los varones. Aunque la explicación no está clara, tal vez sea debido a un mayor nivel de exigencia por parte de las chicas.

Por otro lado, aunque tradicionalmente se ha considerado responsable de las alteraciones en los estados de ánimo, así como la depresión, a los cambios hormonales, la realidad es que los factores sociales .Así el fallecimiento de algún familiar, problemas familiares o con los amigos y repetidos fracasos escolares, problemas de alimentación, entre otros, pueden ser el desencadenante de episodios depresivos, que si no se tratan a tiempo por medio de un especialista, con el tiempo puede llevar en algunos casos, a una profunda depresión.

En la adolescencia todavía no está desarrollada del todo la personalidad, por eso es facil que los adolescentes sufran en mayor medida, falta de autoestima, falta de identidad personal y falta de autocontrol , que unido a determinados acontecimientos sociales, que puedan acontecer en sus vidas, les hace proclives a iniciar un estado depresivo.

Un estado depresivo tratado a tiempo tiene mejores prespectivas éxito. Por eso los padres deberemos estar atentos, ante cualquier síntoma que se salga de las perspetivas normales de comportamiento, en nuestros hijos y acudir a un especialista, este valorará el estado anímico y nos indicará la pautas a seguir.