LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

sábado, 24 de octubre de 2015

TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA

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El trastorno del espectro autista es una alteración en el desarrollo que se caracteriza por unos déficits persistentes en dos pilares fundamentales: la interacción social y la comunicación social

Para que el trastorno sea diagnosticado como tal, estas dificultades deben presentarse en múltiples contextos, manifestadas actualmente y estar marcadas por patrones repetitivos de comportamiento en actividades e intereses.

El TEA o trastorno autista se ha incluido siempre dentro del grupo de los Trastornos Generales del desarrollo (TGD), junto con el trastorno desintegrativo infantil, trastorno de Asperger, trastorno de Rett y trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

El TEA se encuentra clasificado dentro de los Trastornos del neurodesarrollo bajo un mismo grupo y unos mismos criterios de diagnóstico y se organiza en tres niveles de gravedad según el apoyo requerido por el niño/a. siendo 3 el máximo apoyo y 1 el mínimo. Es importante especificar además si el niño/a con TEA tiene alguna comorbilidad asociada como: discapacidad intelectual, deficiencia en el lenguaje, trastorno asociado a una condición genética o médica conocida, factores ambientales o con catatonia.

Las últimas investigaciones realizadas en EEUU, apuntan a una prevalencia del TEA DE 1/68, este número ha aumentado considerablemente desde el año 2006, cuando su prevalencia se cifraba en 1/110 niños/as.

Entorno a este trastorno existen múltiples factores de riesgo que pueden afectar de una u otra manera al núcleo familiar, padres y hermanos. El principal factor de riesgo sería el estrés parenteral, que no ayuda y pone en riesgo las habilidades sociales y de buena conducta de los hermanos de niños/as con TEA.

Junto con el estrés parenteral, se encuentran otros factores de riesgos como la depresión, la escasez de actividades lúdicas en la familia,  la menor atención de padres hacia los hijos sin TEA, o el clima familiar entre otros.

Uno de los factores de riesgo más influyentes es el grado de afectación del niño/a con TEA, pues cuanto mayor sea la presencia de conductas disruptivas o agresivas en él, mayores problemas de ajuste conductual, emocional y social puede presentar su hermano o hermana.
Cuantos más recursos posea la familia del niño/a con TEA y mayor apoyo procedente de políticas sociales del entorno, existirá menor estrés parenteral, habrá mejor clima familiar y los hermanos del niño/a con TEA, presentarán menos problemas en su autorregulación.

Los apoyos orientados hacia las intervenciones para el manejo de las emociones o de apoyo en dificultad o estrategias de aprendizaje, en el manejo de conductas problemáticas o programas de apoyo y participación activa familiar, entrenamiento de la resiliencia e intervenciones de carácter preventivo en el ámbito escolar , familiar y social etc.. Son algunos de los programas más importantes que se pueden llevar a cabo en el entorno del Trastorno de espectro autista.

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