Para alcanzar una ejecución correcta en la escritura, el niño ha de ser capaz de: encontrar un equilibrio postural, la manera correcta y menos tensa de sostener el lápiz, a la vez que orienta el espacio en el que va a escribir de forma adecuada, como la línea donde van a estar puestas las letras de izquierda a derecha, además de asociar la imagen de la letra al sonido y a los gestos rítmicos que le corresponden.
Las dificultades que un niño/a se puede encontrar cuando comienza el proceso de la escritura pueden ser diversas, pudiéndose distinguir fundamentalmente las siguientes:
Dificultades en el conocimiento explícito de los componentes estructurales y superficiales del lenguaje como:
- Las relacionadas con la estructura fonológica o incorrecciones en el conocimiento y en el control fonético. La mayoría de las dificultades se presentan con las consonantes oclusivas, líquidas o labiales entre sí.
- Las dificultades en la representación a nivel gráfico o disgrafías, que son trastornos en la integración visomotora de la información.
- Las que tienen lugar en la construcción sintáctica, en relación con el grado de aceptación o el grado de complejidad de las frases elaboradas.
- Las dificultades en la utilización de los signos de puntuación, como la aplicación innecesaria o la omisión de comas o el uso incorrecto del punto.
Además, pueden prestarse dificultades en la interacción entre el proceso de activación de lo que el niño/a conoce a cerca del tema y el proceso de activación de las convecciones lingüísticas adecuadas para expresarlo correctamente.
Otras veces los niños/as encuentran dificultades para simultanear y coordinar los procesos cognitivos y metacognitivos, en la transmisión de significados mediante la escritura, además de dificultades debidas a un conocimiento inadecuado del proceso de la escritura, ya sea su planificación, su textualización o revisión.
Estas dificultades les llevan, a no conseguir que el significado de lo que escriben sea claramente comprensible para los demás, o a no poder generar las estrategias adecuadas que posibiliten de forma eficaz el conocimiento, para dar continuidad al discurso escrito.
El correcto desarrollo lingüístico de los niños/as con estas dificultades, dependerá de que reciban una adecuada orientación e intervención psicopedagógica en lenguaje y lectoescritura, que les ayude a superar las dificultades personales y académicas que este problema puede causar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario