LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

sábado, 2 de febrero de 2013

AYUDAR A LA MEMORIA


La memoria es un marco cambiante: se construye rápidamente en los primeros años de vida, luego se desarrolla más lentamente, cambia continuamente y, finalmente, se debilita bajo el impacto de los diversos ataques a los que está sujeto el cerebro [....]
JACQUES BARBIZET (1969,P.258)

 
A medida que envejecemos se producen cambios en nuestra mente, aunque no todas las funciones de memoria y aprendizaje se alteran con la edad, algunos fallos de memoria no son necesariamente indicativos de un deterioro cognitivo. Todos sabemos que cuando llegamos a la edad adulta, nos cuesta más aprender las cosas y los fallos de memoria, aprecen más facilmente, nuestra capacidad de memoria ya no es la que era.  Con un poco de entrenamiento podemos compensar los fallos de memoria propios del envejicimiento y minimizar sus efectos.
 ¿Que podemos hacer para ayudar a nuestra memoria? ¿Que recursos podemos utilizar?
Las estrategias o recursos que podemos utilizar, para facilitar el trabajo a nuestro cerebro, en esta actividad tan importante son:
  • Potenciar el significado de los sucesos y detalles de nuestras experiencias personales, darle a la información un significado personal, ayuda a convertirlo en memoria duradera.
  • No autopenalizarse por los olvidos, hacer esto sólo genera más ansiedad, interfieriendo en el propio proceso de memorización. Es mejor utilizar ayudas, anotaciones o hitos recordatorios.
  • La perdida sensorial, alteración visual o perdida auditiva, puede distorsionar la información que llega de la memoria sensorial y cuando esta ve limitada, también se limita la memoria a corto plazo y a largo plazo. Son importantes las revisiones periódicas y utilizar las correciones pertinentes.
  • La falta de interés o una baja atención, dificultan el registro o codificación de la información. Nuestro propio estado emocional condiciona la capacidad de atención, deberemos controlarlo en el proceso de memorización, si queremos que nuestra memoria rinda. Si por ejemplo estamos tratando de hacer varias cosas a la vez o estamos pensando en otras cosas, no nos percataremos de donde estamos dejando las llaves o las gajas, o no registraremos el nombre de la persona que acabamos de conocer. Tranquilizarse y centrarse en las cosas de una en una, es lo más importante, trate de dirigir la atención, a quellas cosas que desea recordar. Si le rodean muchas distracciones, el ir a otra habitación o lugar más tranquilo, funciona bien, también anotar o escribir los pensamientos que le distraen para prestarles atención en otro momento y no olvidarlos, le permitirá centrarse en lo que es importante en ese momento.
 Pero otras veces lo que más nos cuesta es recuperar la información de nuestra memoria a largo plazo. ¿Como podemos compensar, el enlentecimiento de la velocidad de procesamiento, al evocar?.
  • Cuando no resulta fácil recuperar información, una estrategia es emplear pistas contextuales: tratar de evocar en que lugar nos encontrabamos, que estabamos haciendo, con quién o sobre que estabamos hablando, que otras cosas se trataron también en ese momento etc. Funciona como una red de interconexiones en el cerebro, una vez que se empieza a recuperar información específica sobre el momento, lugar, asistentes, etc, comienzan a fluir los detalles.
  • Dormir bien. Cuando se duerme mal, las capacidades cognitivas se ven repercutidas. A medida que nos hacemos mayores el patrón del sueño suele ir variando: se tiende a dormir menos, el tiempo de sueño profundo es menor, siendo más largas las fases de sueño ligero. Cuando por la noche no se duerme lo suficiente o el sueño no es reparador, por su mala calidad, además de estar soñoliento durante el día, se suele procesar más lentamente la información. Nos cuesta más aprender cosas nuevas, mantener la atención, la memoria falla, se hace díficil razonar y reflexionar, dificultades que se atribuyen facilmente a la edad, cuando en ocasiones son consecuencia de falta de sueño. Si se tienen estos problemas, habrá que consultar al médico para que le ayude a mejorar el sueño.
  • Reestructurar nuestro estilo de vida o cambiarlo, asegurando un sueño suficiente y reparador, realizar ejercicio físico, llevar una adecuada alimentación y perseguir unos objetivos cotidianos asequibles, tendrá un efecto positivo en nuestra memoria y de forma global en nuestras capacidades mentales.

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