LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

martes, 13 de noviembre de 2012

MI HIJO TODAVÍA NO HABLA ¿QUE HACEMOS?

Suele ser un caso muy usual el de aquellos padres preocupados porque su hija o hijo no pronuncia prácticamente ni una palabra con tres años.
Ya en la guardería le dijeron que debería ir al logopeda, pero al ser muy pequeño y como todavía está el habla en  proceso de desarrollo , deciden dejarlo y ahora en el colegio empiezan los problemas, parece que el niño en contra de todo pronóstico apenas ha evolucionado, sigue prácticamente igual.
La profesora le indica a los padres que debe acudir al médico para que le hagan una prueba auditiva y que sería conveniente que fuera al logopeda, habla con la logopeda del colegio y comienzan las evaluaciones, en el colegio no le podrán tratar y le remiten a un centro de atención tempara.
Los padres están perdidos no saben que hacer y tampoco conocen nada sobre el tema.
¿Que debemos hacer en estos casos? ¿Cual es el camino correcto que debemos seguir? ¿Que será lo mejor para nuestro hijo?
Lo primero en estos casos es descartar que no tenga ningún problema físico que le impida hablar, vegetaciones, anjinas, algún problema auditivo. Este tipo de problemas es facil detectarlos através del pediatra mediante una radiografía. En algunos casos, si es necesaria una operación de vegetaciones o amígdalas pasadas estas, el niño comienza a soltarse a hablar con más rapidez, sino es así, hay que descartar un problema auditivo. Estas pruebas también las puede mandar el pediatra, en niños pequeños se suele realizar una prueba llamada Potenciales evocados auditivos, es una prueba indolora para el niño y recoge los registros a través de unos electrodos colocados cerca de la zona auditiva, mide latencia, amplitud y morfología. Existen también otras pruebas auditivas que descartan la Hipoacusia como son: la Audiometría tonal y la Audiometría verbal (repetición de listas infantiles ponderadas), estas dos últimas pruebas suelen realizarse en los casos en que el niño ya habla, por lo que no suele hacerse en niños pequeños muy pequeños que apenas interactuan.
Descartar un problema auditivo o físico debe ser el primer paso, es de facil diagnostico a través del pediatra y nos permite informar al colegio de que nuestro hijo o hija está sano y que oye perfectamente. A veces también puede ser necesario descartar un problema neurológico, el propio pediatra puede remitirte a este especialista, las pruebas iniciales es un electro encefalograma y una analítica, que en este tipo de casos los resultados suelen ser normales.
Posteriormente hay que descartar, que no exite ningún problema logopédico o psicopedagógico que le impida al niño desarrollar con normalidad el lenguaje, para esto los logopedas o psicopedagogos tienen pruebas específicas para detectarlos, lo más facil es que busquemos un logopeda, pues en los centros de atención temprana, aunque les hacen una evaluación completa, es más facil que nos dejen en lista de espera bastante tiempo.
 Otra opción es que mediante un informe del colegio, nos remitan a la seguridad social para que sea tratado por un logopeda, aunque el tratamiento suele ser únicamente logopédico-rehabilitador, no psicopedagógico. Con la evaluación de un logopeda o psicopedagogo, debería valer ya que descartan cualquier patología psiquica o social que pueda tener.
Una vez con el informe del logopeda, ya podemos saber como tratarle. Normalmente los retrasos en desarrollo del lenguaje, no suelen responder a ninguna causa importante y es simplemente eso un retraso en el desarrollo, que con la estimulación logopédica adecuada, suele remitir.
En los casos en que no se trate correctamente durante la etapa infantil y si decidimos no seguir con el tratamiento logopédico, puede derivar en otros problemas, como dislalias, que pueden en determinados casos confundirse con dislexias, o problemas de discriminación auditiva o articulación de determinadas consonantes, que necesitarán ya tratamiento no sólo logopédico sino además psicopedagogíco, con el fin de trabajar el proceso lecto-escritor, que también se verá afectado.
En algunos casos pueden ir acompañados de tratornos en la fluidez del habla Disfemias, que en varios casos suelen remitir con ciertos consejos a los padres y profesores, en otros habrá que darles tratamiento psicopedagógico.
Debemos por lo tanto estar muy atentos a cualquier señal que nos de el niño y tratar siempre lo antes posible el problema, para que no derive con el tiempo en problemas de lectura o escritura. Lo que ocurre en los casos en que no se pronuncia bien las palabras, es que se suelen escribir mal, dandose rotaciones o traslaciones, sin que por ello tenga que darse necesariamente un problema de dislexia, en cualquier caso esta, también debe descartarse llegado el momento, aunque el diagonóstico de la dislexia nunca será fiable mediante evaluación antes de los seis o siete años.
En cualquier caso o problema, que se de en el desarrollo del lenguaje en nuestros hijos y una vez descartados problemas médicos, se debera tratar no sólo mediante tratamiento logopédico sino también psicopedagógico, donde se puedan trabajar problemas de comprensión lectora, escritura, memoria, atención, autoestima, técnicas de estudio, además de dicción, articulación y manejo correcto de los órganos articulatorios. De esta forma obtendremos buenos resultados antes de lo previsto.

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