LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

sábado, 10 de mayo de 2014

AUTISMO INFANTIL: SINTOMAS

Los síntomas del autismo infantil se desarrollan en los primeros treinta meses de vida. El bebé evita de manera consistente el contacto visual y se retira de los encargados de proporcionarle cuidados. Las deficiencias sociales posteriormente se hacen evidentes, el niño/a no responde a otras personas y presenta desajustes especiales al compartir experiencias con otros.

Lo niños con autismo muestran problemas importantes en la interacción con su entorno, siendo esta exagerada o muy débil , no suelen percatarse de lo que sucede a su alrededor, por eso son más propensos a las caídas, quemaduras u otros accidentes.

A menudo estos niños muestran un interés excesivo por objetos inanimados, en especial, los que se mueven. Un niño autista puede mirar fijamente un ventilador durante horas seguidas.

Las habilidades de comunicación en el momento en que deben presentarse se ven afectadas, es común que estos niños permanezcan mudos o que imiten lo que se ha dicho con bastante frecuencia.

Sus conductas también son extrañas, suelen resistirse a cualquier tipo de cambio, algunos pueden efectuar rituales repetitivos, girar, mecerse o aletear con los brazos. También es característico el comportamiento autodestructivo muy intenso como, golpearse la cabeza o morderse.

Los niños/as con autismo a veces sobresalen a nivel intelectual en capacidades aisladas (memoria, matemáticas y música), sin embargo, suelen responder mal en tareas que necesitan lógica y lenguaje. En general el desempeño en pruebas de CI es pobre, sólo un 30% obtienen calificaciones por arriba de 70.

El autismo es un perturbación crónica que requiere tratamiento intensivo, no obstante, puede adiestrarse a los padres para que administren una parte de este en el entorno familiar. Pero incluso en esas situaciones, la investigación actual indica que, sólo uno de cada seis niños autistas presentan una adaptación social adecuada y que encuentran trabajo cuando llegan a ser adultos. Dos terceras partes pueden quedar impedidos de manera profunda, necesitando supervisión toda su vida.

Las causas de este trastorno se relacionan con diversos factores entre ellos un funcionamiento anómalo de centros del tallo cerebral, que modulan la estimulación sensorial de entrada y producción motora. También se piensa que puede tener algo que ver la herencia, en los casos en los que este relacionada con patologías cerebrales existentes o por complicaciones en el embarazo o el parto, entre las condicciones implicadas podrían estar infecciones prenatales como la rubéola o desórdenes neurológicos heredados.

Independientemente de las causas, una vez que se sospecha que puede darse este tipo de trastorno, es conveniente que un especialista lo valore e indique el adecuado tratamiento a seguir. En estos casos además de la terapia clínica, deberá seguirse unas pautas en el entorno familiar específicas para su tratamiento , pues influye severamente en las relaciones familiares y en curso de la evolución.

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