LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

martes, 1 de julio de 2014

EL PROCESO DE COMENZAR A LEER

Las primeras tentativas lectoras en los niños/as son el reconocimiento de palabras, principalmente de aquellas que forman parte de su entorno cotidiano y que han sido utilizadas por ellos de forma singnificativa. Pero ¿Cual es el proceso que hará que un niño/a sea autónomo en la lectura.

Cuando los niños y niñas llegan a la escuela con tres años, ya saben muchas cosas sobre la lectura. Así pues se ha comprobado que reconocen un repertorio importante de escritos, que están en su medio como: coca-cola, nocilla, incluso las marcas de algunos coches. Es la interacción con su entorno lo que facilita la apropiación del conocimiento, todavía rudimentario de la lectura.

Hoy en día las enseñanzas escolares favorecen que los pequeños escriban y lean desde los primeros días, ya que utilizan el texto escrito de forma totalmente funcional, para recibir información como (leer que habrá hoy de comer) o como memoria de grupo (pasar lista para comprobar, quién ha ido hoy a clase).

Los niños/as construyen el conocimiento de la lectura observando, escribiendo, además de con ayuda de un adulto que partiendo de lo que ya saben, intenta andamiar este proceso, hasta que consiguen ser lectores autónomos.

Las primeras tentativas lectoras de los niños/as son el reconocimiento de palabras, principalmente de las que forman parte de su entorno más inmediato y que tienen para ellos algún significado. Esta primera fase es muy exitosa, aunque poco reconocida por los adultos, pudiendo oírse comentarios como “lo dice de memoria, pero eso no es leer”, como si leer sólo fuera descodificar.

El segundo momento en el proceso lector, es cuando el niño/a nombra palabras que le sugieren algunas letras familiares, por ejemplo ante un nombre más desconocido como raqueta, se ha observado que la mayoría de los niños/as afirman que pone Raúl o Raquel, el nombre de un compañero/a de clase. Parece como si la primera letra les hubiera informado y los pequeños hubieran buscado en su memoria, nombres familiares que tuvieran alguna característica común.

La información que todos tenemos en la mente, está construida por cosas con significado, que pertenecen a grupos de palabras relacionados entre sí, que forman categorías con significados comunes.

Para los niños/as no existe la letra “r”, lo que existe es la r de Raúl, por eso al percibir otra palabra que empieza por “r”,  sólo identifican la palabra conocida, con significado explicito para ellos.

La siguiente fase en el proceso lector, comienza con los primeros tanteos sonido-grafía. En estos momentos el niño/a nombra las palabras poco a poco, emitiendo sílabas y al mismo tiempo señalando en la escritura. En este momento es muy importante, el reconocimiento de los sonidos silábicos, la dicción y pronunciación, por lo que si el niño/a tiene algún problema de retraso o adquisición del habla podría, comenzar a  presentar también problemas con la lectura o escritura, más visible en este momento del proceso.

Como se ha comentado anteriormente, en el pensamiento no existen sílabas, ni fonemas y grafías, sino palabras con significado, por ello es tan importante que aprendan a representarse la palabra mentalmente, pues será el comienzo de la lectura comprensiva y el avance de su aprendizaje.

Es importante saber que en el proceso de aprendizaje lector, no sólo se adquiere información de las letras, sino que también el contexto en el que se encuentra enmarcada la lectura es importante y habrá que ayudar al niño/a a buscar pistas, que le ayuden a confirmar sus ideas, buscando relación con la información que ya posee.

Las primeras tentativas lectoras, han de estar acompañadas de parsimonia y calma, les pediremos que piensen, que busquen en su mente el significado y que no tengan prisas para la oralización. En los primeros cursos de aprendizaje lector, no es adecuado demandar lectura en situaciones en las que no tenga referentes, para interpretar lo que dice el texto, pues influirá en su motivación y aprendizaje.

Con ayuda de un lector experto, se darán cuenta de que puede haber correlación fonema-grafía y utilizarán este recurso, para interpretar palabras desconocidas, cada vez con mayor habilidad.

La última fase es en la que el niño/a puede interpretar ya, el significado del texto escrito. Pero antes de recorrer este largo camino, en el que se comparten actividades de reconocimiento, comparación, sistematización y análisis de letras, con las de los sonidos orales, es importante como ya se ha comentado antes, subsanar cualquier dificultad con el habla que pueda tener el niño/a y que pueda interferir en el proceso, ya que sí muestra problemas con el reconocimiento de sonidos, su dicción o pronunciación, presentará también problemas en lectura y/o escritura. El apoyo psicopedagógico y rehabilitador, será necesario para la adquisición correcta del habla y la lecto-escritura, evitando de esta forma que pueda influir en futuros aprendizajes escolares.

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