¿Cuantos padres no han comentado alguna vez que sus hijos no les hacen caso, que son desobedientes y que les desafian? ¿Debemos considerarlo un problema de conducta si este persiste en el tiempo? ¿Como debemos actuar para que el problema se solucione y no derive en otros más importantes?
Los niños con trastorno negativista desafiante, siguen un comportamiento polémico de desobediencia, provocación, desafío y hostilidad hacia las figuras de autoridad. Estos comportamientos negativistas y desafiantes se expresan en la testarudez persistente, resitencia a las órdenes y renuncia al compormiso.
¿Pero que sintomatología muestran estos niños?
La sintomatología más característica en este trastorno se compone de :
- Accesos de cólera.
- Discusiones.
- Desafiar activamente o negarse a cumplir las demandas o normas de los adultos.
- Llevar a cabo premeditadamente actos que sabe, que molestarán a otras personas.
- Acusar a otros de sus propios errores o comportamientos inadecuados.
- Sentirse facilmente molestado por otros.
- Mostrarse irascible y resentido.
- Ser rencoroso o vengativo.
¿Cuando nos deben resultar estos sintomas preocupantes?
Para poder calificar a un niño con este trastorno, los comportamientos que realiza deben aparecer con más frecuencia de la propiamente observada en niños de la misma edad y nivel de desarrollo. Produciendole además un deterioro significativo en su actividad social o familiar y/o escolar.
Este problema suele ser diagnosticado en estapas relativamente tempranas, en torno a los 3-4 años, existiendo mayor incidencia en niños con respecto a niñas de la misma edad.
¿Que podemos hacer los padres en estos casos? ¿Como debemos responder?
Los menores con Trastorno negativista desafiante están caracterizados por su resistencia y su capacidad de discusión, cuando expresan toda su ira y cólera, no se les debe hacer objeciones poque lo interpretan como una invitación a seguir la discusión. La cesión y negociación suele ser uno de las opciones a tomar en este tipo de problemas.
Los niños con esta problematica suelen echarle la culpa de todo a los otros, presentan aptitudes de prepotencia, peleas físicas y en ocasiones se observan patrones agresivo-pasivo.
En determinados casos y sobre todo si influye negativamente en las relaciones familiares o sociales del menor, es recomendable poner el problema en manos de un especialista. Este nos orientará y dará las pautas de actuación necesarias, para que el problema de comportamiento no se agrave, ni persista en el tiempo.
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