LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

martes, 22 de enero de 2013

EL COMPORTAMIENTO NEGATIVISTA DESAFIANTE EN NIÑOS


¿Cuantos padres no han comentado alguna vez que sus hijos no les hacen caso, que son desobedientes y que les desafian? ¿Debemos considerarlo un problema de conducta si este persiste en el tiempo?  ¿Como debemos actuar para que el problema se solucione y no derive en otros más importantes?
Los niños con trastorno negativista desafiante, siguen un comportamiento polémico de desobediencia, provocación, desafío y hostilidad hacia las figuras de autoridad. Estos comportamientos negativistas y desafiantes se expresan en la testarudez persistente, resitencia a las órdenes y renuncia al compormiso.
¿Pero que sintomatología muestran estos niños?
La sintomatología más característica en este trastorno se compone de :
- Accesos de cólera.
- Discusiones.
- Desafiar activamente o negarse a cumplir las demandas o normas de los adultos.
- Llevar a cabo premeditadamente actos que sabe, que molestarán a otras personas.
- Acusar a otros de sus propios errores o comportamientos inadecuados.
- Sentirse facilmente molestado por otros.
- Mostrarse irascible y resentido.
- Ser rencoroso o vengativo.
 ¿Cuando nos deben resultar estos sintomas preocupantes?
Para poder calificar a un niño con este trastorno, los comportamientos que realiza deben aparecer con más frecuencia de la propiamente observada en niños de la misma edad y nivel de desarrollo. Produciendole además un deterioro significativo en su actividad social o familiar y/o escolar.
Este problema suele ser diagnosticado en estapas relativamente tempranas, en torno a los 3-4 años, existiendo mayor incidencia en niños con respecto a niñas de la misma edad.
¿Que podemos hacer los padres en estos casos? ¿Como debemos responder?
Los menores con Trastorno negativista desafiante están caracterizados por su resistencia y su capacidad de discusión, cuando expresan toda su ira y cólera, no se les debe hacer objeciones poque lo interpretan como una invitación a seguir la discusión. La cesión y negociación suele ser uno de las opciones a tomar en este tipo de problemas.
Los niños con esta problematica suelen echarle la culpa de todo a los otros, presentan aptitudes de prepotencia,  peleas físicas y en ocasiones se observan patrones agresivo-pasivo.
En determinados casos y sobre todo si influye negativamente en las relaciones familiares o sociales del menor, es recomendable poner el problema en manos de un especialista. Este nos orientará y dará las pautas de actuación necesarias,  para que el problema de comportamiento no se agrave, ni persista en el tiempo.



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