LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

domingo, 13 de enero de 2013

¿QUE ES LA DEPRESIÓN?



Todo el mundo se siente triste a veces, pero una depresión es un estado más intenso y persistente. Durante una gran depresión, las personas se perciben desesperanzadas, desanimadas y el tiempo pasa muy despacio. Los seres queridos, la comida, el sexo, los pasatiempos, el trabajo y el ocio pierden su atractivo. Suelen aislarse de otros descuidando los deberes y responsabilidades. Algunas personas  se vuelven pasivas y letárgicas, otros inquietos y agitados.
Las conversaciones con las personas depremidas sugieren que son críticas con ellas mismas y están llenas de culpa, irritables e incapaces de adquirir control sobre sus vidas. Pausan mucho cuando hablan y se concentran de manera excesiva en ellos mismos. Suelen presentar fallos de memoria, recuerdan menos y tienen problemas para adquirir materiales nuevos.
Añadido a este sufrimiento está el tener un riesgo mayor para su salud, ya que las funciones inmunológicas se vuelven menos efectivas durante el estado depresivo.
Las personas con depresión que presentan sintomas graves pueden llegar a experimentar alucinaciones, experiencias sensoriales sin bases en la realidad, o escuchar voces que le acusan por ejemplo de pensamientos malignos.
También pueden tener delirios, creencias irracionales y pensar que por ejemplo su cuerpo se está pudriendo.
Los depresivos con sintomas más moderados pueden mostrar fatiga, pesimismo, autoestima baja, ansiedades, insomnio, culpabilidad e irritabilidad. Pueden llevar vidas bastante normales, siendo capaces de trabajar y mantener una familia.
Todas las depresiones no siguen un mismo desarrollo, algunas parecen un paseo por la montaña rusa, valles que alternar con estados de ánimo normales o casi normales, otras en cambio son más constantes.
Las personas que han tenido depresión gran parte de su vida, suelen estar insatisfechas y descontentas de manera crónica y sucumben de vez en cuando a depresiones profundas, cuando se enfrentan a tensión extraordinaria.
Es probable la recuperación de la depresión aguda, pero otras permanecen en el tiempo siendo más dificil su respuesta a las terapias. Las personas que se recuperan de las depresiones profundas, suelen hacerlo en los primeros meses de terapia.
Sin embargo las depresiones que tarde o temprano se acaban, pueden durar dos años o más. Las tensiones intensifican y prolongan las depresiones.
En las personas mayores el estado depresivo puede ser más común,  estar relacionado con el deterioro físico o cognitivo que se produce en estas edades, aún así la trayectoria personal -situacional y física de cada persona a lo largo de su vida y en el momento en el que se produce el episodio es crucial para su tratamiento.
Uno de los síntomas que puede presentar el estado depresivo es la apatía, siendo esta más frecuente en la 3ª edad,  aunque esta pudiera darse con o sin depresión, también requiere de tratamiento. La apatía puede ser indicativo no sólo de la presencia de depresión sino también de alguna lesión o enfermedad, por eso no debe siempre asumirse que es algo sólo cognitivo. Si se descartan factores médicos y se identifica una posible causa cognitiva, se debe buscar un equilibrio entre conseguir que la persona no se aisle y animarla a implicarse y participar en actividades que pueda tolerar. El nivel de implicación debe basarse en las características individuales, el diagnóstico y los deseos de la persona.
Debemos tener en cuenta que algunas variaciones como la irritabilidad, depresión o inquietud, pueden estar causadas en parte, por cambios producidos en el cerebro. Sin embargo este tipo de problemas responde, en gran parte, a cambios o variaciones en el entorno y/o fármacos. Un gran contribuyente es el estrés generado por la dificultad para comprender el entrono y a otras personas.
En la terapia se deberan tener en cuenta no sólo la trayectoria personal, sino la situación actual tanto cognitiva como conductual, para poder abordar el problema en todas sus dimensiones.
Conseguir que la persona vuelva a tener control sobre su vida y proporcionarle las herramientos necesarias para que pueda afrontar cualquier problema de forma objetiva es vital. Conseguir que se adapte a cada situación personal y situacional que pueda presentarse en cualquier etapa de su vida de la mejor manera posible, es el objetivo principal terapeútico.

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