LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

lunes, 24 de marzo de 2014

LA DISLEXIA DESDE LOS 9 AÑOS, HASTA LA EDAD ADULTA

Pese a la reeducación en algunos casos la dislexia de forma atenuada, continúa hasta la edad adulta; les cuesta automatizar las nociones espaciales y temporales, su lectura no llega a alcanzar nunca una gran rapidez y su expresión oral no suele ser muy fluida. Esto no impide el desarrollo profesional, incluso a nivel universitario. El diagnóstico precoz y la reeducación adecuada, aumenta las posibilidades de que el trastorno se supere.

Las alteraciones profundas son más difíciles de superar que las leves. Según algunos autores, la dislexia forma un continuo con la disfasia, un trastorno del área del lenguaje más profundo y con un mayor correlato de disfunciones cerebrales. Hay disléxicos que mantienen su dificultad de adultos, pese al tratamiento.

La variabilidad que el trastorno presenta en las características individuales, que acompañan al problema fundamental de dificultad lecto-escritora, se hace mayor a medida que el niño crece, ya que la manera de interactuar de los distintos elementos personales y del entorno aumentan en amplitud y complejidad.

Los niños con una capacidad intelectual alta, encuentran a veces la forma de superar los problemas, en especial si han recibido atención especializada, y/o apoyo familiar, a veces en forma de repaso insistente a nivel oral, cuando se dan cuenta intuitivamente, que pueden compensar su dificultad de comprensión lectora de ese modo.

Los trastornos típicos que aparecen en los niños/as disléxicos a partir de los 9 años son: dificultades para elaborar y estructurar correctamente frases o relatos, dificultad para expresarse en términos precisos, dificultad en el uso adecuado de tiempos verbales. La comprensión verbal, está en desnivel con la capacidad intelectual.

En la lectura es frecuente que esta sea vacilante y mecánica, el esfuerzo del niño se pierde en descifrar palabras, se cansa y tiene dificultad para abstraer, el significado de lo que lee. La lectura silenciosa, le resulta más eficaz que la lectura en voz alta.

Les suele costar aprender las seriaciones: la ordenación alfabética de letras, incluso dentro de palabras, lo que unido a sus dificultades ortográficas, da como resultado gran dificultad en el uso del diccionario.

La escritura sigue presentando cierta torpeza en el aspecto motriz. Es frecuente el agarrotamiento, cansancio motriz, dado el sobreesfuerzo que le requiere a nivel gráfico, comprensivo, ortográfico y de ordenación en el papel. Se llega a dar incluso una fobia a la escritura, que dificulta el tratamiento y que hay que superar, en las fases iniciales del mismo. En la lectura se da también esa posición de rechazo sistemático, cuasi-fóbico.

Los niños/as disléxicos a partir de los nueve años además de problemas con la lectura y la escritura, muestran además problemas con el cálculo y desorientación espacio-temporal. Así, en Historia les cuesta captar la sucesión temporal y la duración de los periodos, en Geografía, tienen gran dificultad para localizar y en especial para establecer las coordenadas geográficas y los puntos cardinales. En geometría se producen grandes dificultades, por su relación directa con la estructuración espacial.

En general las características que muestran estos niños entre los 9 y los 12 años de edad son:

  • Continuos errores en lectura, lagunas en comprensión lectora.
  • Forma extraña de escribir, con omisiones de letras o alteraciones del orden de las mismas.
  • Desorganización en casa y en la escuela.
  • Dificultad para copiar, cuidadosamente en el cuaderno.
  • Dificultad para seguir instrucciones orales.
  • Aumento de la falta de autoconfianza y aumento de la frustración.
  • Problemas de comprensión del lenguaje oral e impreso.
  • Problemas conductuales: impulsividad, corto margen de atención, inmadurez

Todos estos trastornos derivados deberán tratarse, ya que posteriormente entorno a los doce años, pueden seguir complicándose de forma que de esta edad en adelante, ya presenten:

  • Tendencia a la escritura descuidada, desordenada, en ocasiones incomprensible.
  • Inconsistencias gramaticales y errores ortográficos, a veces permanencia de omisiones, alteraciones y adiciones de la etapa anterior.
  • Dificultad para planificar y redactar relatos y composiciones escritas en general.
  • Gran dificultad para el aprendizaje, de lenguas extranjeras.
  • Baja autoestima.
  • Dificultad en la percepción del lenguaje, por ejemplo en seguir instrucciones.
  • Baja comprensión lectora.
  • Aparición de conductas disruptivas o de inhibición progresiva. A veces depresión.
  • Aversión a la lectura y la escritura.
  • Fracaso escolar.

Los problemas o dificultades con la comunicación y el lenguaje, aunque no lleguen a tener carácter disléxico, deben tratarse de forma temprana, evitando así en el futuro el fracaso escolar, problemas conductuales, psicológicos, sociales y familiares.

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