LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

miércoles, 5 de marzo de 2014

EL APRENDIZAJE DEL LENGUAJE EN LA ESCUELA INFANTIL


¿Contribuye la escuela infantil al proceso de adquisición del lenguaje en los niños de 0 a 6 años?

Aprender a hablar significa aprender a participar efectivamente, en las situaciones sociales en las que la lengua se utiliza.

Los niños y niñas han de poder indicar sus preocupaciones, intereses, necesidades o deseos a través del lenguaje, para ser comprendidos y atendidos por quienes interactúan con ellos. Para tal fin, han de adquirir capacidades referidas a los sonidos de la lengua, a la estructura de las oraciones o  a las palabras que denominan cada objeto, persona o acción. Pero también deben adquirir capacidades que les permitan conocer las reglas de la interacción y de la comunicación verbal; deben aprender a regularse respecto a sus interlocutores.

Es importante por tanto que la escuela ponga énfasis en la interacción, en las situaciones comunicativas y en las capacidades de los niños, para que participen en ellas. Así como también es importante que, se les facilite a los niños que lo necesiten o tengan dificultades, la adecuada intervención y el apoyo mediante un especialista,  que en el propio entorno educativo les facilite el proceso de adquisición del lenguaje, en la etapa en la cual se debe cumplir con éxito este proceso.

La escuela infantil debe ser un ámbito educativo, que ofrezca la oportunidad y el apoyo a los niños en el desarrollo de situaciones, en su proceso de adquisición del lenguaje, puesto que es uno de los objetivos más importantes de esta etapa.

¿Cual debe ser el papel de los educadores en este proceso adquisición del lenguaje? ¿Que apoyo deberían proporcionar a aquellos niños que lo necesiten? ¿Que tipo de actividades deberían proporcionarles y como deberían darse, para que las interacciones sean lo más significativas posibles para el niño y faciliten su aprendizaje?

Cuando el niño da muestras de desear comunicarse, hay que pensar que tiene algo importante que decir y tratar la tentativa en consecuencia. No debemos olvidar que el motor de desarrollo del lenguaje, es su funcionalidad. El niño debe desear comunicarse y lo debe encontrar útil y agradable. Los adultos han de recoger y potenciar los intentos de comunicación. Es conveniente respetar los intereses de conversación de los niños y sus intenciones comunicativas: de lo contrario no conseguiremos su implicación. Esto hay que tenerlo en cuenta en la escuela, donde el elevado numero de interlocutores y los intereses pedagógicos de los educadores, pueden llevar a menudo a conversaciones poco centradas en los intereses inmediatos de los niños. En los casos de niños que necesiten ser atendidos más específicamente, el centro deberá proporcionar dicho apoyo, para que el desarrollo del niño no se vea afectado.

Como las locuciones del niño pueden ser poco claras o ambiguas, hay que asegurarse de que, se ha entendido la significación pretendida antes de responder. Es importante que el adulto tenga una actitud de escucha activa, que le permita entender bien lo que el niño dice y cual es su intención. Para ello deberá ir comprobando mediante preguntas o repetir lo que cree haber entendido. Esto debe tenerse en cuenta también en las escuelas, donde es fácil que las conversaciones sufran interferencias y se pierda la significación o la intención inicial del niño.

Al contestar ha de tomarse la significación expresada por el niño, como base de lo que va a decirse a continuación, confirmando la intención y desarrollando el tema o incitando al niño ha hacerlo por sí mismo. La conversación se va construyendo, sobre la base de lo que el niño aporta, a partir de ahí, el adulto aprovecha la situación para ir ampliando, mejorando e introduciendo nuevos elementos, que son útiles en la interacción presente y que ofrecen posibles aprendizajes para el desarrollo de las capacidades lingüísticas y comunicativas del niño.

El adulto debe seleccionar y construir sus contribuciones al nivel de la capacidad de comprensión del niño o un poco por encima. Los niños/as deben poder participar con éxito en las interacciones, gracias a la capacidad que tengan y a la ayuda que le vaya proporcionando el adulto en ellas, que deberá de irlas retirando, conforme vaya asimilando capacidades nuevas con éxito

La instrucción directa, el uso de modelos y la técnica del andamiaje o ayudas antes comentada, deben estar muy presentes en las actividades de la escuela infantil, si queremos que los niños aprendan correctamente el uso del lenguaje. Debiéndose tener muy presente en que ámbitos se usan cada una, a cuál se le da mayor importancia y cómo se organizarán los tiempos espacios y actividades, para que cada modalidad pueda desarrollarse.

¿Pero que tipo de contextos o actividades son más útiles, para desarrollar estas modalidades de ayuda?. Diversos estudios sugieren que; las interacciones más eficaces serían las que tienen lugar entre dos únicos interlocutores, en la que uno de ellos tiene mayor competencia comunicativa y en la que ambos se implican conjuntamente en alguna actividad.

Por eso los profesionales de la escuela infantil deberían procurar, que en las actividades que proponen a los niños, se de la oportunidad de mantener algunas interacciones con cada niño individualmente o en pequeños grupos y en los casos que sea necesario con un especialista en lenguaje, para tener la oportunidad de observar la evolución de su lenguaje y adaptarse a las competencias y a los intereses de cada uno. Algunas situaciones que permiten este tipo de interacción serían: el trabajo por rincones, los momentos dedicados al cambio del niño/a, momentos de juego libre o de patio.

La intervención de la educadora deberá buscar el establecimiento de la atención mutua, en la que niño/a y adulto, aprendan a prestarse atención el uno al otro. De esta forma, se favorecerá al máximo el desarrollo del lenguaje. En los casos en que esto no sea posible, por las características específicas del desarrollo del lenguaje del propio niño/a, se deberá buscar la ayuda de un especialista en psicopedagogía que pueda desarrollar y apoyar las capacidades comunicativas, de aquellos niños/as que presenten mayores dificultades.

El objetivo deberá ser siempre conseguir que; todos los niños desarrollen un lenguaje, que les permita interaccionar correctamente con su entorno y no les dificulte el propio proceso de aprendizaje en el momento actual, ni futuro.

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