LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

viernes, 28 de febrero de 2014

CONSEJOS PARA PADRES:LENGUAJE DE NIÑOS/AS HASTA LOS SEIS AÑOS


Ocurre a menudo entre los 18 y 48 meses y a veces más tarde que el niño duda, vuelve atrás, repite la palabra precedente, toma muchas veces el enunciado desde el principio, buscando expresarse. Esto es particularmente susceptible de producirse cuando el niño está bajo excitación, cuando tiene mucho que decir, cuando no dispone de tiempo, cuando tiene miedo de perder la atención del adulto, cuando percibe que el adulto espera una respuesta, y de forma general cuando se interroga al niño en público. Estos fenómenos que pueden hacer pensar en el tartamudeo, son normales hasta alrededor de los cuatro años.

Es importante regalar a nuestros hijos todo el tiempo que necesiten para formar sus frases, sin límites ni condiciones de tiempo. Debemos estar atentos a nuestras propias reacciones y a las presiones que podríamos involuntariamente estar realizando sobre nuestros hijos. No interrumpa inútilmente su discurso, pues él tiene dificultad en proseguir, dele confianza y la impresión de que lo que dice le importa, y que será escuchado siempre que tenga algo que decir. Ayudele a expresarse y de vez en cuando con alguna palabra en la que se atasque.

Actualmente se piensa que, algunas formas de tartamudeo pueden ser favorecidas por las reacciones angustiantes u hostiles de los padres, que se ponen nerviosos cuando se producen las repeticiones y las vacilaciones normales del niño, pues no pueden admitirlas y quieren forzar el desarrollo. El niño percibe la desvalorización y la angustia y comienza a manifestar trastornos de la expresión,que pueden desembocar en el tartamudeo.

Los pseudo-fenómenos de tartamudeo, son una etapa normal del desarrollo de la fluidez verbal,  en muchos de los niños. No conviene alarmarse más que si estos fenómenos acentuados, sistemáticos y permanentes, aparecen y se mantienen más allá de los cuatro o cinco años. Los fenómenos de verdadero tartamudeo, van amenudo acompañados de un bloqueo respiratorio, enrojecimiento del rostro y bloqueo de los músculos abdominales.

Las adquisiciones lingüísticas hechas por los niños entre los 2 y los 6 años, son impresionantes. ¿Como favorecer el desarrollo lingüístico del niño durante este periodo?

Una buena forma de favorecer la ampliación de la utilización del lenguaje, y por lo tanto de favorecer el empleo de palabras, es llevar al niño por medio de preguntas, a expresarse a propósito del pasado y del futuro, preguntas como: ¿Que has hecho esta mañana?¿Que has visto? ¿A que has jugado?, asociadas a breves comentarios con el niño sobre temas diversos, pero que implican el pasado o el futuro inmediato.

Una actividad particularmente interesante es la del teléfono, el timbre del teléfono y el ritual de la conversación telefónica, fascinan muy pronto al niño, suelen ir corriendo para intentar descolgar. Permitir esto, a pesar de los incovenientes que puede presentar de vez en cuando, pues se tendrá la satisfacción de ver al niño aprendiendo a recibir una conversación telefónica, además de la ventaja de familiarizar al niño con la situación que requiere, la utilización de un lenguaje explicito, deberá emplear los medios gramaticales ofrecidos por la lengua, para evitar la ambigüedad.

El dominio por parte del niño de la construcción del lenguaje requiere tiempo, cinco años por lo menos, se hace gradualmente y según una progresión previsible. El camino es largo y difícil, deberemos ir apoyando su lenguaje y adaptarnos a él dependiendo de sus posibilidades en un momento determinado, no sirve para nada exigir a un niño de dos años, que integre el elemento negativo en el núcleo de la frase, ni el corregirle sistemáticamente en este sentido, si todavía no está preparado para ello. Tampoco sirve para nada hacer presión a un niño de tres años, para que invierta el orden habitual del sujeto y del verbo en las frases interrogativas, según las reglas de la lengua adulta, porque no podrá realizarlo. Se debe esperar el momento favorable.

Hablar con claridad y diferencialmente al niño, la articulación clara contribuye a sensibilizar al niño/a, a los diferentes elementos de la comunicación y a su posición en las diferentes organizaciones.

Deberemos tener en cuenta el calendario de desarrollo, para poder programar las presiones y las correcciones, que intentan favorecer la adquisición de las estructuras del lenguaje.

De los 18 a los 30 meses, el niño/a debería:
  • Pedir las cosas utilizando la palabra tanto como el gesto.
  • Poder reproducir dos palabras de  dos cifras de memoria,  inmediatamente después de que se hayan dicho.
  • Comprender algunos pronombres personales y posesivos, entre los comúnmente utilizados a su alrededor: yo, mí, mio, a mí, a tí, tú, a tí.
  • Demostrar progresos notables en la comprensión de los enunciados adultos.
  • Producir enunciados de dos o tres palabras.
  • Expresar un opinión negativa por medio del no aislado y colocarlo al principio y al final del enunciado según convenga.
Su hijo debería ser capaz de hacer lo que sigue, en las edades aproximadas indicadas a continuación:

Antes de los 30 meses:
  • Comprender y producir requerimientos y ordenes, hacer declaraciones afirmativas, plantear preguntas, utilizando la entonación. Negar rechazar verbalmente, colocando la negación al principio o final del enunciado de varias palabras.
Hacia los 36 meses:
  • Comprender y producir preguntas, utilizando algunas palabras interrogativas y sin inversión del orden habitual sujeto-verbo.
Hacia los 48 meses:

  • Comprender y producir  frases negativas, integrando la negación en el cuerpo de la frase.
A partir de los 60 meses:

  • Comprender y producir frases-pregunta, con inversión del orden habitual sujeto-verbo.

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