LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

domingo, 23 de febrero de 2014

LAS ADQUISICIONES LINGÜISTICAS HASTA EL PRIMER AÑO, CONSEJOS A LOS PADRES



El niño a lo largo del primer año, aprende a comunicarse a un nivel prelingüístico.Lo esencial es facilitar este aprendizaje todo cuanto sea posible. Pero ¿Como?

Muchos padres creen que no presenta ninguna utilidad comunicarse con un lactante, salvo en el caso de satisfacer sus necesidades elementales y cuidar su higiene. ¿Para que hablarle?. No puede comprender nada de lo que se le dice. Es cierto, que el niño pequeño no puede comprender el sentido de las palabras,que se le dirigen. Pero debemos tener en cuenta que el lenguaje y su desarrollo, no son un asunto de todo a nada. El lenguaje se construye y emerge gradualmente, de la comunicación no verbal entre el niño y su entorno. Cuanto más rica es esta comunicación, más posibilidades tiene el desarrollo psicológico y lingüístico del niño de ser armónico.Es importante entrar en contacto con el niño de forma global y a través de todos los medios: dirigiéndose a él, tocándole, favoreciendo el contacto cutáneo, hablándole melodiosamente y variando la entonación, así como presentándole un rostro sonriente y móvil. Es importante que el recién nacido, penetre lo más rapidamente posible en el círculo de la comunicación entre personas.

Es importante que el niño comprenda rápidamente, el uso que puede hacer de la expresión vocal y gestual, para comunicarse con el entorno. Nos   deberemos poner a disposición del niño siempre que lo reclame, por su puesto dentro de unos límites razonables. La expresión vocal y más tarde el juego vocal, deben ser recompensados,  tan amenudo como sea posible. Cuando antes el niño haya sacado partido de lo que puede decir, más deprisa irá hacia formas de comunicación más elaboradas

Es importante organizar la vida del niño/a según una rutina diaria flexible. Es deseable que el entorno inmediato al niño pequeño, sea relativamente estable, en términos de personas, objetos y acontecimientos. Esto no excluye las salidas y la presencia de novedades, pero si se quiere que el niño pueda tener puntos de referencia en su existencia y en su entorno, para que no tenga demasiadas dificultades que puedan suponer problemas a nivel físico, psicológico o cognitivo, conviene ponerle una cierta rutina diaria. Una rutina de este tipo es generadora de seguridad y alegría para el niño, de estabilidad psicológica, física y cognitiva, le facilita la posibilidad de vivir con seguridad el momento presente, de anticipar la marcha de los acontecimientos, esto es de prever, de tener control sobre su vida.

Estimular verbalmente y vocalmente al niño/a,  es necesario hablar al niño/a mucho. En ocasiones, se le puede repetir sus vocalizaciones haciendo variar la altura, la intensidad y la curva melódica. Alternando con periodos de estimulación para la comunicación, se debe dejar al niño vocalizar solo durante largos ratos,  a fin de que pueda explotar libremente todas las posibilidades de juego y de la creación vocal. En el último trimestre del primer año, se favorecerá la organización de la conversación, con palabras sucesivas y próximas, verbalizando en los intervalos, que deja libres el niño y estimulándole a intervenir.

Hacia el final del primer año, se favorecerá la comprensión de algunas palabras familiares, estableciendo tan claramente como sea posible, ante el niño/a, la relación entre la palabra y el objeto, la persona o el acontecimiento designado. Es importante hacer variar el contexto. El pequeño/a no puede saber al principio que la palabra "mama" designa a la madre, tanto si esta se encuentra en la habitación, como si está en la cocina. Se debe cuidar articular palabras claramente en situaciones unívocas y ayudándose eventualmente con gestos, de forma que se favorezca el nexo entre la palabra y la persona, objeto o el acontecimiento que designa.

Como puntos de referencia se puede indicar que; los niños hasta el año de edad deberían ser capaz de realizar lo que sigue, en las edades aproximadas que se indican a continuación:
  • Desde los primeros días que siguen al nacimiento: reaccionar a ruidos del entorno cuando está despierto, llorar y gritar.
  • Desde las primeras semanas: eructar, emitir ruidos de succión, mover los labios y hacer chasquidos con la lengua.
  • 3 er y 4º mes: los gritos y el llanto son diferentes según la razón que los determine (hambre, dolor, malestar); seguir con los ojos los movimientos del adulto; girar la cabeza y los ojos hacia la fuente de sonido; inicio del balbuceo.
  • 5º y 6º mes: responder vocalmente al estimulo; vocalizar en público y en privado; seguir con los ojos la mirada del adulto.
  • 7º y 8º mes: reconocer a los adultos familiares; se asusta ante la presencia de extraños; el balbuceo comprende sonidos próximos a las vocales y a las consonantes del lenguaje adulto; reaccionar a la melodía del lenguaje oído.
  • 9º o 10º mes: pre-conversación: vocalizar más durante los intervalos dejados libres por el adulto, así como intentar espaciar y acortar las vocalizaciones,  para dejar lugar a la respuesta del adulto; buscar un objeto interesante que se esconda ante la vista del niño.  El balbuceo reproduce la melodía de las conversaciones entre adultos.
  • 11º y 12º mes: comprender globalmente palabras familiares; vocalizaciones más precisas y mejor controladas en altura tonal e intensidad; agrupa sonidos en silabas; sonidos y silabas repetidos a voluntad en incluso primeras palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario