LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

martes, 25 de febrero de 2014

CONSEJO PARA PADRES: FAVORECER PRODUCCIÓN PALABRAS EN SUS HIJOS/AS DE 12-24 MESES



Si se quiere favorecer la producción de palabras en un niño, hay que alimentar bien la comprensión. Tendremos más posibilidades proporcionando al niño un entorno verbal rico y mesurado. Pero ¿Como hacerlo?

Como padres debemos tener siempre presente  la ley del desarrollo del lenguaje, según la cual la comprensión precede y prepara la producción.

Muchos padres preocupados porque su niño/a se desarrolle rápidamente en el habla, se dedican a hacerle reproducir y repetir palabra tras palabra, sin conceder suficiente importancia a actividades que le permitan familiarizarse con palabras y sus significados. El niño no imita o reproduce cualquier cosa, reproduce aquello a lo que ha sido sensibilizado, aquello que analiza o empieza a dominar. El proceso de desarrollo de la comprensión, se verá favorecido por las reacciones del entorno a las producciones del niño, pero antes de llegar a esto es necesario un inicio de comprensión.

Es importante que los padres hablen al niño claramente y describan las cosas que hacen con él, se darán las palabras y las consecuencias de las acciones. La atención del niño es muy limitada y no excede de algunos minutos en el mejor de los casos, se deberá tener en cuenta al mostrar la información.

Se debe sensibilizar al niño con las cosas pasadas o lo que acaba de hacer, e informar sobre el futuro y lo que sucederá.

No hay que ostigar al niño con una gran cantidad de lenguaje, la calidad importa más que la cantidad, es preferible una hora o dos de buen lenguaje, que un diluvio diario. Una técnica que resulta es, presentar una misma palabra en diversos contextos.

Se deberá acoger favorablemente los intentos de producción del niño. Hay que evitar corregir y reñir al niño. Se utilizará la técnica llamada de corrección indirecta, consiste en confirmar la producción del niño con la repetición de lo que acaba de decir, pero integrando los elementos omitidos por él.

Si lo que queremos es que nuestro hijo progrese, deberemos aumentar gradualmente las exigencias de producción verbal y de corrección de los enunciados. Deberemos aún así ser flexible con las exigencias y tener en cuenta las disposiciones del niño ( atención, fatiga, motivación etc.), no exigir más que aquello que está dentro de sus posibilidades o justo en el límite superior de sus posibilidades.

Es importante asegurar la promoción de palabras y frases, para ello deberemos no sólo asegurarnos de que el niño aprenda a nombrar objetos, sino que además pase progresivamente a la expresión de relaciones entre ellos ( de posesión, situación, pertenencia, desaparición, reaparición).

De al niño la ocasión de desarrollar su control auditivo-vocal, hablándole pausadamente y con claridad, de forma que tenga tiempo de registrar los sonidos pronunciados, para que pueda memorizar el orden en el que deben ser colocados, para formar las palabras. La calidad acústica del lenguaje dirigido al niño es muy importante. Procure tener momentos tranquilos en los cuales conversará con el niño y sólo con él. Se debe hablar al niño con una voz inteligible, colocándose frente a él a fin de que pueda ver el movimiento de sus labios y los movimientos de sus dientes para la articulación.

De a su niño tiempo para que desarrolle su repertorio de sonidos, evite ejercer presiones excesivas para hacer que pronuncie todos los sonidos lo más pronto posible, lo importante es que llegue a producirlos sin perder jamás la confianza en sus posibilidades, sin ser rechazado por la comunicación verbal y sin perder el gusto por el lenguaje.

Cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo, un ligero avance o un ligero retraso en el desarrollo articulatorio, corresponden a un estado de madurez más o menos avanzado del sistema neuro-muscular, para la programación de los movimientos finos. Evite comparar a su hijo en presencia de este, con cualquier otro niño.

Deje que el niño se desarrolle a su ritmo asegurándole un entorno verbal y articulatorio de calidad. No intervenga para corregir, sólo sí el niño no se ha corregido él mismo, en el período en que el sonido debería ser articulado correctamente. 

Si el niño parece manifestar algún retraso, evite traumatizarle diciéndoselo y comunicándole su ansiedad o su irritación, concentre los esfuerzos en un solo sonido a la vez. Intente sensibilizar la audición del niño al sonido en cuestión, pronunciándoselo muy lentamente y de forma muy diferenciada, poniéndoselo en evidencia con su propia forma de hablar.

Evite repetir al niño/a las palabras tal como él las pronuncia, con las supresiones, inversiones y los desplazamientos de sonidos que haga. La incapacidad temporal de pronunicar uno o varios sonidos no implica en absoluto que el niño, no pueda diferenciarlos auditivamente. Deberemos indicarle de vez en cuando la corrección, si el niño se esfuerza aunque se a con torpeza en corregirlo, le felicitaremos.

Los puntos de referencia que deberemos considerar de los 18 a los 27 meses en el niño/a serían:

  • Señalar cuando se le pida las partes del cuerpo.
  • Señalar y nombrar cuando se le pida un pequeño numero de objetos familiares.
  • Seguir correctamente ordenes simples formuladas en el contexto apropiado.
  • Pedir algo, nombrándolo y designándolo con el gesto.
  • Reconocer algunas imagenes familiares.
  • Comprender una veintena como mínimo de palabras diferentes y poder reproducir mínimo una docena.
  • Expresar con una sola palabra verdaderas frases cortas, que se refieran a la colocación de cosas, a su posesión, existencia, aparición, desaparición, reaparición y algunas de sus propiedades físicas.
  • Manifestar un interés progresivo por el lenguaje y por la comunicación verbal.

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