LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

sábado, 15 de febrero de 2014

RETRASO EN EL LENGUAJE A LOS 2 AÑOS Y DIFICULTAD DE APRENDIZAJE


Los estudios sobre déficits lingüisticos señalan que entre el 40% y el 100% de los niños con trastornos del habla y del lenguaje diagnosticados en la primera infancia, continuan presentado, de forma persistente, dificultades de lenguaje y que del 50% al 75% tienen dificultades académicas en el transcurso escolar, pues interfiere en otras áreas del conocimiento. Por eso la importancia de tratar este déficit lo más temprana posible, antes de los tres años.

Los niños con trastorno del habla, tienen un riesgo adicional de sufrir dificultades a partir de los cuatro o cinco años en procesos como reconocimiento y escritura de palabras o calculo mental, así como en procesos de alto nivel  a partir de los seis años (comprensión, composición y resolución de problemas).

Es importante detectar y valorar de forma lo más temprana posible, este déficit de cara a reducir al máximo las diferencias, que separan a los niños con dificultad en el habla o aprendizaje de sus compañeros.

En la detección temprana de este u otros problemas, que pueda presentar el niño/a en esta etapa hasta los tres años, es importante conocer las circunstancias ocurridas antes y después del nacimiento, que puedan asociarse con un mayor riesgo, de experimentar dificultades de aprendizaje en un periodo posterior. Estos factores de riesgo (pre, peri y postnatales), aconsejan realizar una evaluación más exhaustiva, centrada en cada uno de los procesos cognitivos básicos, implicados en la adquisición de las habilidades instrumentales básicas: percepción visual y auditiva, comprensión/ producción del lenguaje y procesos de memoria.

Existen determinados factores riesgo, que pueden en mayor o menor medida influir en; que el niño/a presente problemas de lenguaje y/o dificultades en el aprendizaje.
  • Factores prenatales: complicaciones durante el embarazo, empiricamente unidas a las dificultades en general de aprendizaje (por ej. enfermedades infecciosas como la toxoplasmosis o rubeola, exposición a pequeñas cantidades de toxinas en el ambiente), puede producir un decremento en los niños/as posteriormente, en la realización de tareas de memoria, toma de decisión semántica o en tests de flexibilidad cognitiva. Otros factores relacionados son el consumo de alcohol y distintos tipos de medicamentos durante la gestación.
  • Factores perinatales: los niños que nacen de partos problemáticos, bajo peso al nacer o prematuriedad, tienen mayor probabilidad de tener dificultades de aprendizaje, lenguaje o atencionales, que niños/as que no han sufrido esas circunstancias. Las medidas de desarrollo cognitivo y neuromotor al año de edad y las medidas de lenguaje e integración visomotora antes de los 3 años, indican con un 81% de aciertos la presencia o ausencia de dificultad de aprendizaje y lenguaje, posteriores en estos niños/as. La variable con mayor peso en esta función discriminante, es el desarrollo del lenguaje que tiene el niño/a, siendo estas deficiencias verbales, más que las de naturaleza vasomotora, las que determinan en mayor medida las dificultades de aprendizaje posteriores.
  • Factores postnatales: entre las alteraciones y enfermedades que pueden desembocar en futuros problemas de aprendizaje, se incluyen: ataques epilépticos, fiebres altas, encefalítis, meningítis, sarampión, escarlatina, traumastimos craneoencefálicos y desequilibrios en la glándula endocrina (hipertioridismo, hipotiroidismo). Otros problemas como la depresión postparto, por su influencia en el establecimiento de un apego inseguro, o la desnutrición, tienen una influencia directa en la actividad motora del niño/a o su nivel atencional, que tan importantes son en el contexto escolar.
Aunque ninguno de estos factores, aparezcan en los antecedentes del niño/a , pero se sospeche que pueda existir algún tipo de retraso motor, atencional o en el lenguaje(sobre todo si con 20-22 meses apenas pronuncian ninguna palabra), deberá realizarse una valoración psicopedagógíca, para evaluar el posible retraso y sus consecuencias y ponerle el adecuado tratamiento, con el fin de subsanar el déficit antes de los 3 años, de forma que el niño pueda tener el mismo rendimiento que sus compañeros y no se vean afectada su posterior capacidad de aprendizaje y su rendimiento académico.

No obstante los problemas neuroevolutivos, que se pueden detectar en los niños/as antes de los seis años de edad y que nos indican que algo no funciona correctamente, dando lugar a algún déficit cognitivo, motor o del lenguaje son los siguientes: 

  • De los 6 a los 24 meses:
              - Problemas de arousal, atención, nivel de actividad, temperamento, alerta y tono.
              - Retraso en la adquisición de hitos evolutivos motores.
              - Integridad neuromuscular.
              - Dificultades en la motricidad fina y gruesa.
              - Hipertonía transitoria
              - Retraso del habla.
  • De 2 a 4 años:
               - Retraso del habla, problemas articulatorios, de falta de fluidez o dificultades fonológicas.
               - Problemas conductuales.
               - Problemas de retraso motor.
               - Descripción de comportamientos: atolondrados, inmaduros o torpes.
  • De 4 a 6 años:
               - Deficiencias atencionales
               - Dificultades en el ajuste conductual y social
               - Dificultades en la direccionalidad
               - Dificultades en el seguimiento de ordenes complejas
              

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