LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

lunes, 15 de abril de 2013

PROBLEMAS INTERNOS-EMOCIONALES EN LAS DIFICULTADES DE APRENDIZAJE


Las creencias influyen en los sentimientos que los estudiantes tienen de sí mismos, en las metas que se plantean, en la toma de decisiones y en sus resultados escolares.

Las dificultades de aprendizaje, aunque se suelen definir en términos de problemas de procesamiento de la información, también se asocian a un amplio espectro de problemas emocionales, que causan daño al estudiante que lo sufre.

Un niño que se siente fracasado escolarmente, tiene expectativas de logro bajas, escasa persistencia en sus tareas y desarrolla sentimientos de baja competencia cognitiva y académica. Puede incluso llegar a erosionar su autoestima y manifestar síntomas típicos de un estado depresivo.

Las experiencias repetidas de fracasos escolares, provoca en los niños que la sufren un estilo de atribución desadaptativo, en el que consideran que sus fallos se deben a su propia incompetencia y los éxitos a la facilidad de la tarea o otros factores externos, que escapan de su control.

Mientras que los niños que no sufren dificultades de aprendizaje, valoran su logro académico como personalmente controlable, los estudiantes con dificultades se sienten menos responsables de  la buena ejecución intelectual.

La evidencia señala que la buena ejecución de las tareas, está mediatizada por factores que no son estrictamente cognitivos y que algunas de las diferencias que separan a alumnos con un buen rendimiento, de los que tiene dificultad de aprendizaje, obedecen a factores personales-motivacionales, creencias sobre sí mismos y sobre sus ejecuciones.

Como subrayan las últimas versiones en metacognición, las disposiciones motivacionales de los estudiantes y el tipo de atribuciones que realizan, dinamizan e influyen en los procesos autorregulatorios implicados en su proceso de aprendizaje estratégico, haciendo que este sea o no eficiente.

Las mejoras a largo plazo en estudiantes con dificultades de aprendizaje, depende del desarrollo de complejas relaciones, entre componentes relativos al conocimiento de estrategias, autorregulación en la aplicación de estrategias y el reconocimiento del esfuerzo personal en la ejecución de la tarea, directamente relacionados con procesos de motivación y atribución.

Además tanto en niños como en adolescentes con dificultades de aprendizaje, se pueden producir altos niveles de ansiedad, estrés y tensión elevada, en situaciones habituales del ambiente escolar,  como cometer errores, sacar malas notas, recibir críticas o ser objeto de burlas.

Los niños y adolescentes con dificultades de aprendizaje, movilizan en menor medida sus recursos y los apoyos que pueden recibir de otras personas, para afrontar estas dificultades. Esto les lleva a caer en un circulo, que les hace incapaces de salir de su propio fracaso, perciben además el contexto escolar como enormemente amenazante, llegando a desarrollar en algunos casos fobia escolar.

Las complejas interacciones entre estos factores, son determinantes en la construcción del autoconcepto de los niños o adolescentes con dificultad de aprendizaje. Es importante controlarlos para evitar que pierdan la confianza y desarrollen una imagen de sí mismos, como personas poco competentes y menos valoradas e importantes en el plano académico. Evitarlo nos ayudará a prevenir además, futuros estados depresivos.

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