LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

viernes, 31 de enero de 2014

MOTIVACIÓN PARA EL LENGUAJE TEMPRANO



La motivación profunda para el lenguaje temprano, atraer la atención de alguien u obtener algo, indica que los niños ya comprenden conceptos, aunque la producción del lenguaje llega después, es importante saber a que edades debe culminarse con éxito cada una de las fases de su desarrollo.

Mucho antes de que adquieran el lenguaje los niños muestran sensibilidad por determinado tipo de sonidos, a la edad de cuatro meses, cuando se les presenta consonantes nuevas, se ha podido observar que la tasa de succión se incrementa de manera abrupta, sugiriendo que el niño percibe el contraste. Incluso antes a los tres meses de edad, los niños ejercitan los músculos, las mandíbulas, la lengua, cuerdas vocales y los labios, como si exploraran los sonidos que pueden hacer.

Otro punto de referencia entre los seis y los ocho meses, es el balbuceo, el cual es más estereotipado y rítmico que las primeras vocalizaciones. En todo el mundo los bebés balbucean los mismos sonidos: con frecuencia sonidos que comienzan con nasales como "m y "n" o con consonantes explosivas como "d", "t" y "b". Los bebés continúan con el balbuceo, durante la segunda mitad del primer año. Poco a poco, los sonidos que hacen empiezan a parecerse en tono y acento, al lenguaje de quien se encarga de ellos.

El balbuceo aparece en el momento, en que el niño empieza a usar su voz, para expresar sus deseos. Los primeros intentos por comunicar anhelos, a menudo implican ver el objeto deseado y llorar o balbucear y quizás hacer gestos.

Los bebés adquieren sus primeras diez palabras de forma lenta, en un periodo de tres a cuatro meses, cerca de los dieciséis meses de edad. El tamaño del primer vocabulario varía mucho, a la edad de dos años, algunos niños ya saben cientos de palabras, mientras que otros apenas empiezan con veinte o diez.

Después de que se adquieren los primeros cincuenta vocablos (más o menos a los veinte meses) el vocabulario crece con gran rapidez. A la edad de 6 años un niño de inteligencia promedio reconoce 13000 palabras, a la edad de 8 años cerca de 28000.

La comprensión y la producción del habla, dos procesos que los hablantes maduros coordinan, se desarrollan a diferentes ritmos, aunque existen hitos que el niño debe conseguir como promedio en expresión y comprensión del lenguaje a determinadas edades. Si esto no ocurre así, el retraso en expresión o comprensión del lenguaje debe tratarse, para que no afecte a su correcto desarrollo cognitivo y psicológico.

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