LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

viernes, 5 de julio de 2013

LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA EN LA INFANCIA


Los niños en sus primeros años de vida, muestran continuamente conductas que podríamos catalogar de antisociales (agresiones físicas o robo de posesiones) sin mostrar el menor remordimiento, aun a pesar de trasgredir las normas.

Todas estas conductas aparecen en el niño espontaneamente y son típicas hasta los cuatros años de edad, disminuyendo entonces su frecuencia, conforme son moderadas dentro del proceso de socialización.

En este proceso de socialización existen dos momentos especialmente conflictivos, en la asunción de normas y la presencia de conductas oposicionistas: el segundo año de vida y la adolescencia.

El segundo año de vida ha sido denominado como "la edad terrible", ya que el niño muestra una conducta opositora y agresiva a la vez, con rabietas y agresiones frecuentes. Estas conductas, son el inicio de la conformación por parte del niño de su propia existencia separada de los padres, mediante el ejercicio de su propia voluntad, y coincide con un momento en el que se le empiezan a hacer demandas de autocontrol más rigurosas (control de esfinteres, comer solo o vestirse), retirando los padres parte de la atención. Desde el punto de vista estadístico y evolutivo esta conducta resulta normal.

¿Pero que podemos hacer, si pensamos que la conducta que muestra nuestro hijo no es normal?. En ese caso deberemos consultar con un especialista, este valorará las alteraciones de comportamiento que son normales en el desarrollo evolutivo del niño/a , de aquellas conductas que han de ser tipificadas y tratadas como un trastorno.

A la hora de categorizar la conducta del niño, es necesario conocer cuáles son los comportamientos esperables para su nivel de desarrollo, identificando los problemas de conducta en los periodos evolutivos señalados, con cautela.

¿Que tipos de conductas, son las que podríamos considerar como problemáticas y con necesidad de tratamiento?.Las conductas problemáticas las podemos clasificar en torno a dos dimensiones: conductas externalizantes o hacia afuera ( conductas agresivas o de hiperactividad) y conductas internalizantes o hacia dentro (retraimiento social, depresión o quejas somáticas) que pueden darse asociadas a trastornos afectivos o de ansiedad.

Dentro de los trastornos de inicio en la infancia y adolescencia, existe el subgrupo llamado trastornos por deficit de atención y comportamiento perturbador, que incluirian los siguientes:

  • El trastorno disocial
  • El trastorno negativista-desafiante.
  • El trastorno por déficit de atención con hiperactividad TDAH.
Estos tres grupos de trastornos agrupan conductas que resultan molestas para el niño y especialmente para su entorno, pero su gravedad varía, en una escala ascendente desde las conductas de desobediencia y desafío del trastorno negativista desafiante, hasta aquellas más graves de robo o agresión que podemos encontrar en el trastorno disocial. Algunos estudios, hablan incluso, de un continuo entre el TDAH en los niños, asociado a un trastorno negativista, y el trastornto disocial en la adolescencia, sino se trata en su debido momento.

La posibilidad de que se dé esta escalada entre trastornos, agudiza la importancia de una valoración e intervención temprana y eficaz.




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