LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

jueves, 14 de noviembre de 2013

CURIOSIDAD Y APRENDIZAJE EN LOS DOS PRIMEROS AÑOS



Los niños aprenden para ser más precisos, alteran sus respuestas cuando esto los lleva a consecuencias placenteras.

Los niños están predispuestos a aprender desde su nacimiento, nada más nacer los bebés muestran signos de curiosidad. Mantienen la mirada orientada a objetos novedosos durante más tiempo que hacia los ya conocidos, exhibiendo pruebas de memoria y de preferencia hacia lo nuevo.

Los niños a los pocos dias de nacer, modifican sus hábitos de succión y de voltear la cabeza, para incrementar el suministro de leche o escuchar la voz de la madre. También establecen asociaciones entre estimulos, por ejemplo caricias y alimentación, aprenden a anticipar la alimentación cuando se les acaricia. Por estos y otros datos físicos, los especialistas pueden evidenciar ya, si el niño puede tener algún deficit o tipo de retraso.

En los dos primeros años de vida los bebés ordenan sus experiencias por medio de: la vista, el tacto, el gusto, el olfato y la manipulación, dependen de los sistemas sensorial y motor para categorizar y aprender del ambiente. En este periodo de tiempo se desarrollan algunas capacidades cognoscitivas fundamentales, como la atención o la memoria.

Una importante lección que aprenden los niños en este periodo es que, los datos captados por todos los sentidos pueden coordinarse e integrarse para proporcionar más información. En esta etapa el bebé aprende que lo que ve, oye, toca, prueba y huele, proporcionan conocimientos relacionados con el mismo objeto.

En esta etapa ya muestran interés por decir cosas, comunicarse y nombrar objetos, siendo al final de la etapa, cuando ya puede comenzar a darse un lenguaje inteligible.

Como el niño se relaciona con los objetos y la información que da y obtiene del entorno, es un signo importante para evidenciar una posible dificultad de aprendizaje, atención, percepción o discriminación auditiva o visual, así como retraso en el lenguaje.

Los niños en esta etapa todavía tienen dificultad para planificar, pero si que dirigen su conducta hacia metas específicas y descubren que determinados comportamientos tienen consecuencias definidas.

En los primeros meses de vida, las cosas que están fuera del campo de visión del bebé quiere decir que no existen. Poco a poco van desarrollando la noción de permanencia del objeto. Comprenden que las cosas continuan existiendo, aunque no puedan percibirse. El juego de "escondidillas" es muy disfrutable para los niños, ya que piensan que su compañero de juego ha desaparecido realmente.

Otra habilidad clave que los bebés desarrollan durante la etapa sensioromotora es la capacidad para encontrar nuevos usos, para objetos viejos.

Algunos de estos datos son los que utilizan los Psicólogos y Psicopedagogos para evidenciar algún signo de retraso sensoriomotor en el niño. En niños con deficit autista estos signos son importantes para identificar el problema desde el principio y poder dar al niño el tratamiento más adecuado. Los mismo ocurre en niños con problemas de conducta o retraso en el lenguaje, los especialistas emplean estos signos para determinar el retraso en el desarrollo y corregir aquella área en la que el niño muestra el déficit.

Además, esta etapa se caracteriza por la capacidad para imitar nuevas respuestas complejas, de manera bastante precisa, aún cuando el modelo esté ausente. Un niño que ve que alguién hace un berrinche, tal vez ensaye uno varios días más tarde. Para lograr esta hazaña, el pequeño almacena una imagen mental del acto.

La imitación demorada, le sugiere a los especialistas que el niño comienza a formar representaciones simples de los sucesos, en sus dos primeros años de vida. La mayor parte del pensamiento en esta etapa se limita a las acciones y de ellas dependen gran parte de la conducta y el aprendizaje del niño.

Los niños en esta etapa, aprenden principalmente de lo que les resulta placentero, mientras que evitan aquello que les disgusta. Los especialistas lo saben y lo tienen en cuenta a la hora de modificar conductas problemas, en la escuela o en el entorno familiar.


La etapa sensoriomotora es la más importante en el aprendizaje del niño y en ella se asientan las bases de lo que será el posterior aprendizaje y desarrollo físico, psicológico e intelectual. Por eso es tan importante detectar en ella cualquier deficit que se pueda dar, para corregirlo en los primeros años de vida, con el fín de que no se complique posteriormente. El papel de los padres y su observación es fundamental en esta etapa, ya que puede ayudar a evidenciar cualquier problema en el desarrollo de su hijo.

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