LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

domingo, 10 de noviembre de 2013

ESTIMULACION SENSORIOMOTORA, DESAFIOS COGNOSCITIVOS E INTELIGENCIA



Cuando los niños reciben poca estimulación sensoriomotora en los primeros dos años de vida, responden mal en tareas de aprendizaje y solución de problemas, más adelante en su vida.

Diferentes estudios indican que, si se ofrecen condiciones enriquecidas a los niños en sus primeros dos años de vida, durante grandes periodos; como (acariciar, hablar, autonomía en el manejo etc.), se tiene más probabilidad de desarrollar niños inteligentes.

Los ambientes superenriquecidos son beneficiosos incluso, para aquellos niños que puedan tener algo de retraso mental como: problemas de aprendizaje a causa de defectos en la tiroides o lesiones cerebrales. Esto se debe a que las experiencias sensoriales tempranas alteran los cerebros de los bebés. La estimulación variada y compleja, está asociada con el desarrollo de conexiones sinápticas, entre las células cerebrales. Sin embargo la motonía y el aburrimiento, están relacionadas con muy pocas conexiones sinápticas.

La investigación proveniente de diversas fuentes indica que, la estimulación motora y sensorial son necesarias para la inteligencia humana normal. Los estudios sobre progresos en estimulación sensorial y motora con niños que nacen prematuros, apoyan la idea de que dicha estimulación contribuye al crecimiento mental, si esta se produce principalmente en los dos primeros añós de vida. Con estimulación sensoriomotora proporcionada en el momento adecuado, los bebés prematuros se desarrollan con mayor rapidez en todos los sentidos, incluyendo el mental. Los estudios con niños con retraso mental moderado, llegan a similares conclusiones.

En la actualidad pueden sostenerse dos conclusiones: primero, la estimulación durante la niñez es esencial, y segundo, el enriquecimiento puede ser beneficioso en etapas posteriores del ciclo vital.

Otros estudios indican que son los adultos los que más pueden aportar al desarrollo intelectual del niño, ya que son mejores que los niños para el razonamiento, solución de problemas y la conceptualización , tienen más conocimientos y elementos de discernimiento. Por lo que se deduce que, cuantos más adultos por niño haya, mejor para el pequeño. Los primeros niños y los hijos únicos, tienen una ventaja al recibir más atención adulta.

El nivel promedio de estimulación intelectual, está en constante cambio conforme maduran los niños. Se diluye de manera sustancial cuando llegan nuevos bebés a la familia y a medida que los adultos se van. Por otra parte debe tomarse también en cuenta que; a menudo los niños mayores sirven como recursos para los más pequeños, lo que acelera el desarrollo mental de los maestros. Por tanto es ventajoso tener un hemano menor.

En general los niños responden bien ante retos mentales siempre y cuando estos sean adecuados a su nivel actual de funcionamiento, produciendo que su inteligencia media se eleve. Este es un hallazgo al que llegan diversos estudios, por ejemplo, en el uso del razonamiento en la crianza de los niños. Las madres que razonan cuando imponen la disciplina, en vez de aplicar la fuerza, crian niños relativamente más inteligentes, ya que les inducen a pensar y razonar sobre las consecuencias de sus conductas. Los análisis estadísticos indican que existe un fuerte vinculo entre razonamiento y habilidad mental, que explicarían dichos resultados.

Los programas de educación compensatoria con los niños a cualquier edad, ofrecen apoyo adicional a la importancia de los retos cognoscitivos. Además de incrementar el poder cerebral, los desafíos intelectuales, ofrecen ventajas sociales y motivacionales.

Un niño que en su hogar reciba poca estimulación mental, no está preparado para la escuela. En consecuencia es probable que cuando vaya, no disfrute, no se imponga metas altas y no aprenda según su capacidad.

La mayoría de los estudios nos indican que, entre los potenciadores de la inteligencia están; la curiosidad, independiencia emocional, persistencia en los esfuerzos para resolver problemas difíciles y desafiantes, orientación hacia los logros y competitividad.

Además es importante tener en cuenta que, las expectativas de los padres en los logros académicos de los niños, una vez comienzan la escuela y en los programas educativos de las propias escuelas, influyen en el nivel y la capacidad de aprendizaje de sus hijos. Lo que nuevamente respalda la idea de una buena estimulación adaptada a las capacidades del niño, tanto en el entorno educativo como familiar.

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