LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

sábado, 23 de noviembre de 2013

EL PENSAMIENTO EN LA INFANCIA



Los niños nacen con la necesidad y habilidad para adaptarse a su ambiente. La adaptación ocurre de manera natural, conforme interactuan con su entorno y lo enfrentan, este proceso expande las capacidades mentales de forma automática.

Cuando esto no sucede así, es porque el niño puede estar teniendo algún déficit en algún área y estapa de su desarrollo que conviene valorar, identificar y tratar, para que no afecte a otras áreas o etapas posteriores. Las conductas del niño y su resultado en las diferentes situaciones con las que se enfrenta, nos indican donde puede estar esa dificultad que deberemos tratar.

Los niños al igual que los adultos cuando se enfrentan a las situaciones de su ambiente lo hacen de dos maneras: mediante la asimilación y la acomodación. Durante la asimilación las experiencias las manejan categorizándolas en términos conocidos, usando conceptos y estrategias que ya conocen, por ejem un niño que chupa su primera taza de leche, está asimilando la nueva situación, mediante los esquemas que ya conoce de otra anterior, el amamantamiento, las dos situaciones están relacionadas.

Sin embargo cuando los niños tienen que enfrentarse a situaciones que no conocen, que no las pueden clasificar de manera adecuada en términos conocidos, tienen que acomodarse a ellas. La acomodación es la creación de nuevas tácticas o la modificación o combinación de las viejas, para poder manipular el nuevo desafio. Aquí es muchas veces donde los niños pueden encontrar dificultades y producir conductas desaptativas que les genere problemas a nivel social, familiar y escolar. Al igual que los adultos, los niños pueden tener dificultades para adaptarse a determinadas circustancias, que se den en algún momento de su infancia, siendo necesario que reciban un apoyo para que consigan aprender y acomodar esas nuevas situaciones con éxito.

Al igual que los adultos, los niños asimilan y acomodan de modo continuo, los procesos funcionan juntos cuando se enfrentan a un mismo acto, que deben conocer. A medida que intentan comprender nuevos conceptos, se acomodan expandiendo y modificando ideas anteriores, con respecto a las maneras en las cuales pensaban.

Además de la capacidad para adaptarse, los niños heredan una tendencia para combinar dos o más procesos físicos o psicológicos independientes en un sistema, para que este funcione sin problemas, a esta destreza se le llama organización, por ejem. un niño puede ver y agarrar algo, antes o después combinan esas dos acciones para poder agarrar los objetos que ven. O por ejem. los primeros intentos de los niños para comunicar sus necesidades, cerca del fin del primer año, el lenguaje del niño a menudo consiste en gestos (quizás, tratar de alcanzar cosas) mezclados con la emisión de un sonido y la observación intensa de un objeto deseado. Aquí es donde empiezan a producir sus primeras palabras, que les servirán para indicar sus necesidades y deseos.

En este nuevo proceso de adaptación, los niños pueden encontrar nuevamente dificultades, principalmente a la hora de intentar comunicar sus necesidades, lo que les puede llevar a problemas en la producción, comprensión o asimilación del lenguaje y derivados de estos, problemas de autoestima, habilidades sociales o retraso escolar en posteriores etapas del desarrollo. Para evitarlos deberá tratarse a tiempo, de forma correcta, individual y en su conjunto el problema de logopedia y psicológico, que pueda acarrear esta dificultad.

Tanto la adaptación como la organización, siguen operando durante todo el ciclo vital, sin embargo, los estilos generales para manejar la información cambian. Según nos desarrollamos cambian nuestros esquemas y estructuras, lo mismo que las acciones que realizamos y los conceptos asociados a ellos, que se usan para el procesamiento de los materiales sensoriales. Observar, recoger y succionar son esquemas, estas actividades proceden de ideas con respecto a la forma de manejar la información sobre el ambiente, pudiendo ser aplicadas a muchas situaciones diferentes.

Los primeros esquemas en los niños, tienden a estar constituidos de manera principal por reflejos y acciones simples. En posteriores etapas del desarrollo, constan de estrategias más o menos elaboradas, planes, suposiciones y otras construcciones mentales. A medida que los niños asimilan y acomodan sus esquemas cambian de forma constante, permitiendo un enfrentamiento más adecuado. Cuando esto no sucede así, los padres y educadores son los primeros en darse cuenta que algo está fallando y que el niño está encontrando dificultades en alguna etapa y proceso de su desarrollo que conviene, subsanar cuanto antes con el apoyo necesario, para que no se complique.

La intervención psicológica y logopedica temprana suele ser la mejor opción en aquellos casos que lo requieran, para subsanarlos en tiempo y momento adecuado, de forma que no deriven en problemas posteriores mayores.








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