LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

sábado, 25 de mayo de 2013

USALO O PIERDELO


En la cultura popular anglosajona existe un dicho "Use it or lose it" "Usalo o pierdelo", que representaría la idea de que lo que no se usa, se estropea o se atrofia. Esta frase se puede aplicar en muchos contextos, pero se recurre con frecuencia a ella en referencia al cerebro, para destacar la importancia que tiene el mantener y potenciar la vitalidad cognitiva durante toda nuestra vida.

No es cierto que los avances médicos y científicos hayan logrado alargar la duración máxima de la vida humana. El máximo de edad conocido en los humanos (alrededor de los 115-120 años) no parece haber cambiado en varios miles de años. Lo que se ha incrementado es la expectativa de vida, pero no la duración de la vida humana.

Numerosas investigaciones muestran una imagen optimista, acerca de las posibilidades de modificación y cambios relacionados con la edad, en la cognición y en las funciones cerebrales.

A finales de los años ochenta, se comienza a emplear cientificamente una nueva expresión, reserva cognitiva, que surge de la publicación de una investigación que mostró que, en algunas personas,existía una discrepancia entre las lesiones tipo alzheimer que mostraban en sus cerebros, tras un análisis post morten y las manifestaciones clínicas de la enfermedad. O lo que es lo mismo: para lo bien que rendían cognitiva y funcionalmente en su vida cotidiana, en sus cerebros se hallaron más lesiones propias de la enfermedad de alzheimer, de lo que pensaban esperarse.

La expresión de reserva cognitiva se refiere pues, a la resistencia de las capacidades mentales ante las lesiones neuropatológicas del cerebro.

La hipótesis de la reserva cognitiva sugiere que, existe una plasticidad según la cual el rendimiento cognitivo y a funcionalidad cerebral de los adultos, pueden ser de alguna forma modificados por los factores ambientales.

Por otro lado también se ha descrito que, en las personas con alta reserva cognitiva, el deterioro se produce rápidamente una vez alcanzado determinado umbral de afectación cerebral. Naturalmente, no puede obviarse que el estilo de vida del pasado y las experiencias adquiridas durante toda la trayectoria vital, tienen una clara influencia en el proceso de envejecimiento.

Lo anteriormente descrito cobra más importancia todavía si miramos los datos epidemiológicos que nos indican que, para el año 2050 el porcentaje de mayores de 65 años será de un 43% de la población y de estos el 31% será mayor de 80 años. El envejecimiento de la población española viene desarrollándose, más o menos de forma paralela al de otros paises europeos, y resulta de dos procesos demográficos distintos: el continuo descenso de la mortalidad, con el correspondiente incremento de la esperanza de vida y el descenso de la fecundidad.

Asi pues, la alarma social que existe en torno al deterioro cerebral en la vejez y a sufrir alzheimer u otras demencias, está asociada al envejecimiento de la población. La prevalencia de la demencia incrementa de forma exponencial con el aumento de la edad, de forma que el porcentaje de población afectada por estas enfermedades se duplica cada década tras los 65 años. Entonces se estima que el 10% de los mayores de 65 años padecen enfermedad de alzheimer u otra demencia, los mayores de 75 años se verían afectados en un 20% y los mayores de 85 en un 40%.

La edad influye claramente en el deterioro cerebral, pero también existe la teoría hoy en día todavía en estudio que defiende que, un mayor nivel de aprendizaje o niveles de instrucción y escolaridad formal a lo largo de la vida, produciría un mayor numero de sinapsis cerebrales y por tanto mayor reserva cerebral. En este caso, se diría que al tener más,uno se puede permitir perder más sin que se note mucho.

Si es cierto o no todavía esta por ver, pero el trabajar nuestro cerebro, es el único arma con que contamos para luchar contra el declive cognitivo según avanza la edad.


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