LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

domingo, 20 de octubre de 2013

EDUCACIÓN: MOLDEAMIENTO, REFORZAMIENTO POSITIVO Y NEGATIVO



A pesar de que poca gente usa los principios del condicionamiento operante de forma consciente, se aplican constantemente en las relaciones humanas, especialmente con niños en modificaciones de conducta.

¿Pero son verdaderamente los padres los que educan? o ¿Como en la ilustración, a veces son los niños los que nos educan?

Debemos tener esto muy presente, cuando intentamos que nuestros hijos, modifiquen ciertos hábitos o conductas que no son saludables. De la misma forma que nosotros lo hacemos, ellos prueban constantemente conductas, con el fin de causar el efecto deseado en nosotros. Si con una rabieta consiguen lo que quieren y nosotros cedemos por no escucharles, el niño aprenderá que de esa forma se consiguen las cosas y la próxima vez lo podrán en marcha en otras situaciones.

Existen lo que los psicólogos llamamos, dos tipos de reforzamiento operante el positivo y el negativo. El sustantivo reforzamiento positivo, significa que la conducta condicionada es fortalecida más que debilitada, aunque esta sea negativa.

Pero ¿Cuando solemos reforzar sin tener que hacerlo, este tipo de conductas problema?, los ejemplos son los siguientes: si un niño payasea en clase, sus actos son seguidos de atención y risas, lo que produce un aumento en la frecuencia de la conducta problema. La conducta de María de realizar cosas en casa, mientras los demás no hacen nada, produce alabanzas abundantes y esta se hace más probable, a pesar de lo que supone el exceso de trabajo para ella. El padre hace más caso a Andrés cada vez que este arma más alboroto en casa y este cada vez lo realiza con más frecuencia.

El reforzamiento positivo se define en términos de sus efectos, por tanto, no podemos predecir siempre que funcionará como reforzador positivo. Es necesario observar lo que pasa en cada caso individual, para saberlo.

En cambio el reforzamiento negativo, fortalece conductas que liberan a los niños de molestias, lo que constituye un resultado placentero para ellos. Los psicólogos distinguimos entre dos tipos de reforzamiento negativo: condicionamiento de escape y condicionamiento de evitación.

En el condicionamiento de escape, ciertas conductas se ven fortalecidas, porque terminan con un suceso que se está presentando y que el niño considera que es desagradable, por ejemplo recoger la habitación para que termine el regaño o encender una luz para poder dormir sin miedo. ¿Pero verdaderamente deseamos que este sea el camino para solucionar el problema de conducta? o a veces se puede crear otro añadido.

Durante el condicionamiento de evitación también, se fortalecen ciertas conductas porque posponen algún suceso que los niños preveen que pasará y será desagradable, por ejemplo Ana evita discursos de sus padres con respecto a sus pésimos hábitos de estudio, dejando las calificaciones en la escuela. Los estudiantes estudian para evitar notas reprobatorias, los jóvenes obedecen a sus padres para evitar castigos, del mismo modo que los adultos respetan las leyes para evitar accidentes, multas o prisión.

Otra forma de conseguir la conducta deseada y que se aplica en psicología es mediante la técnica de moldeamiento o método de aproximaciones sucesivas. El psicopedagogo puede reforzar positivamente,por ejemplo en el niño con problemas de lenguaje, aquellas aproximaciones al pedir un objeto que se asemejan a la palabra correcta, aunque de momento se parezcan de manera lejana, hasta que consiga decirla bien.

Igual pasa con los problemas de conducta, el terapeuta en estos casos refuerza positivamente, actos que el niño es capaz de ejecutar y que se parecen de manera lejana a la respuesta deseada. Conforme esta conducta se fortalece, el terapeuta le conduce de forma más selectiva, reforzándole una acción, que se asemeja más al objetivo. Cuando esta conducta se encuentra bien establecida, el entrenador se comporta de manera aún más exigente. El proceso continua de este modo hasta que se alcanza el propósito.

En muchos de estos casos es importante que la conducta se erradique o se refuerce en el ambiente en el que se da, de ahí la importancia de que los padres o cuidadores sean consciente de ellas y aprendan a manejar las diversas situaciones, para conseguir que el niño lleve a cabo conductas que sean sanas para él y para los demás.


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