LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

jueves, 3 de octubre de 2013

TEMPERAMENTO Y PROBLEMAS CONDUCTUALES EN LA INFANCIA



Los rasgos de temperamento en niños parecen estar determinados biologicamente, los clasificados como difíciles, suelen necesitar atención por problemas conductuales en un 70% de los casos.

Diversos estudios sugieren que los rasgos de temperamento, son ya visibles a los dos meses de edad, puede ser que estén ya preprogramados en el organismo, por la herencia genética. De hecho investigaciones sobre gemelos y niños adoptados, indican que esta característica, se ve poco influida por el ambiente.

¿Pero que consecuencias tiene el temperamento de los niños en lo que le rodean, sobre todo sus padres?
Al mismo tiempo que los niños son moldeados en su infancia, estos también tienden a moldear a los que les rodean. Un bebé gritón e irritable que no deja que lo consuelen y que se resiste a ser manejado, tiende a ser frustrante y deprimente para quienes cuidan de él.

Los padres que tienen un bebé de temperamento dificil, suelen sentirse enojados y descorazonados, tienden a actuar de manera fría, alterando al bebé y perpetuando su descontento. Esta idea se ve respaldada por el hecho de que, los recién nacidos de hábitos quejumbrosos e irregulares, pueden recibir más maltrato y cuidados menos sensibles que los bebés placidos y regulares.

También se ha observado que los niños de caracter dificil, tienen interacciones más negativas con sus padres, pero estas pueden cambiar por alteraciones en las circunstancias familiares en el sentido adecuado y grandes esfuerzos de enseñanza, por parte de la madre o el padre.

Diferentes investigaciones cientitíficas han distinguido tres patrones de temperamento en niños:
  • Niños fáciles en el trato: suelen presentar poco problemas a los padres, tiende a ser más alegres, sus hábitos de alimentación y sueño son regulares, se adaptan con facilidad a las rutinas, comidas y personas. Pueden seguir siendo caracterizados así durante su infancia. De las muestras estudiadas, el 40% de los niños, suelen responder a este patron de conducta.
  • Niños difíciles: suelen exaperar a los padres durante toda la niñez, se les describe como desagradables, quejumbrosos y duros de controlar. Comen y duermen con irregularidad, rechazan alimentos novedosos y pueden retirarse de experiencias nuevas. Las frustraciones los llevan a berrinches, lloran mucho y ante todo son intensos y ruidosos. El 10% de la muestra cae en este patron de conducta.
  • Niños lentos para adaptarse a las situaciones: estos niños suelen ser clasificados a mitad entre fáciles y dificiles, los niños con este temperamento tardan más en adaptarse a las nuevas situaciones y suelen resistirse a la estimulación novedosa, su estado de ánimo tiende a ser negativo. Un 15% de la muestra de niños suele ser categorizada de esta manera.
Parece ser por tanto que el temperamento de bebé, predice muy bien su capacidad subsecuente para adaptarse. Es más la conducta durante toda nuestra vida suele tener una continuidad, las personas suelen exhibir parecidos, en varios puntos del ciclo de su vida. Por ejemplo con frecuencia los niños vivaces se transforman en adultos intensos y los bebés persistentes, se transforman en adolescentes y adultos perseverantes.

Otras investigaciones han visto la relación entre nacer con un sistema nervioso simpático muy activo, que predispone a los niños a reacciones excesivas ante la tensión y otros niños sin embargo más inhibidos, que tienden a ser más controlados observados y amables, o en algunos casos tímidos o miedosos, que necesitan más tiempo para acercarse a algo nuevo.

De todos estos estudios se puede concluir que, cada niño requiere una atención especial dependiendo de sus características y no pueden ser manejados de manera identica, si queremos que prosperen y no empeoren en su comportamiento.

Los niños dificiles son más retadores y necesitan ser tratados de forma objetiva, paciente y consistente, para que con el tiempo aprendan a reaccionar ante la tensión de forma más controlada y tener patrones de conducta adecuados a cada situación. Los padres deben ser conscientes de la situación y de las consecuencias de su propia conducta y poner los medios adecuados en cada momento, incluso con ayuda de un especialista en los casos en que se necesite.

Los niños que les cuesta más adaptarse a situaciones novedosas, que tienden a mostrar una conducta más inhibida o miedosa, necesitan padres sensibles y un ambiente familiar favorable, que haga que estos niños desarrollen su caracter de forma correcta, e incluso puedan llegar a ser extrovertidos y con mayor confianza en si mismos.

De la misma manera que el temperamento del niño puede alterar e influir en la conducta y rutina familiar, la forma en que los padres educan e influyen en el temperamento de sus hijos, también influye para que este temperamento se controle y se desarrolle de forma correcta o por el contrario empeore y se complique en su desarrollo.

La ayuda de un especialista en psicología resulta importante, en aquellos casos en que los problemas conductuales de nuestros hijos, nos resultan incontrolables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario