LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

domingo, 31 de marzo de 2013

TRASTORNOS DEL SUEÑO EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA



Las necesidades de sueño del niño al igual que sucede en los adultos, varían ampliamente de unas personas a otras. Desde la infancia se observan preferencias individuales de cada niño por dormir más o menos horas, trasnochar o madrugar. Lo que si es cierto es que, para poder recuperar el desgaste  físico y psíquico producido por la actividad realizada durante la vigilia, los niños y adolescentes, necesitan dormir un mínimo de horas.
El tiempo de sueño necesario sufre grandes variaciones desde el nacimiento hasta los 20 años, momento a partir del cual se mantiene hasta la edad senil.
Las horas de sueño necesarias én la infancia y adolescencia serían las siguientes:
  • Recien nacido 17 horas de sueño.
  • A los 6 meses 14 horas de sueño.
  • Con 1 año 13 horas de sueño.
  • A los 4 años 11 horas de sueño.
  • A los 8 años 10 horas y media.
  • A los 12 años 9 horas y media.
  • A los 16 años 9 horas y media.
  • A los 20 años entre 7 y 8 horas.
Se debe considerar que las necesidades de sueño del niño además de con la edad, suelen verse afectadas por multiples factores como: su estado de salud, la alimentación, las preocupaciones, los estados emocionales, la fatiga física o mental, el ritmo de vida etc. Estos factores si no se controlan de forma adecuada, pueden dar lugar a alteraciones en el patrón del sueño del niño (Insomnio o Hipersomnia), que producen sintomas como; cansancio, adormilamiento diurno, irritabilidad, alteraciones del comportamiento o deterioro del aprendizaje.
Pero veamos más detenidamente cada uno de estos trastornos y sus características:
  • Insomnio: se caracteriza por la dificultad de obtener un sueño reparador, por retraso en el inicio del sueño, interrupciones durante la noche o despertar temprano. Este problema se considera como tal, si se presenta de forma reiterada durante seis meses o más. En los niños más pequeños el problema suele estar en los despertares nocturnos, mientras que en la ádolescencia suelen tener más problemas para conciliar el sueño.
¿Que podemos hacer ante un problema de insomnio? ¿Como debemos tratarlo?
Primero se deberá descartar que existan trastornos médicos o psicopatológicos( ansiedad, estrés, depresión ect.) que puedan estar causando el insomnio y que necesiten tratamiento especializado. Una vez descartados, estos problemas infantiles de inicio y mantenimiento del sueño son susceptibles de mejora introduciendo una adecuada higiene del sueño, lo que supone  controlar factores como:
  • Cuidar los hábitos alimentarios, sobre todo antes de acostarse: no se deben realizar cenas abundantes, ni consumir bebidas estimulantes. Cuando el niño se despierta no dar nada de comer, ya que se acostumbrará a despertarse por hambre. Es recomendable la ingestión de leche, su contenido en triptófano facilita el sueño.
  • Regularidad del ritmo vigilia-sueño: establecer un horario regular (aunque flexible), que llegue a transformarse en hábito para niños y padres. Se deben instaurar rituales antes de dormir (leer, lavarse los dientes etc.)
  • Actividades y ejercicio físico: se deben limitar las actividades estimulantes antes de acostar a los niños. Se recomienda un ejercicio físico durante el dia, pero nunca antes de acostarse. En los casos en los que se observe una elevada activación en la tarde-noche, se deberá enseñar al niño algún metodo de relajación.
  • Actividades en el dormitorio: es recomendable que no se utilice el dormitorio para realizar actividades incompatibles con dormir (jugar, comer, ver la tv etc.), con el fin de que esta se convierta en un estimulo discriminatorio de la conducta de dormir.
  • Factores ambientales: se deberan cuidar los factores ambientales del dormitorio, temperatura, humedad, aireación, comodidad de la cama o almohada.
  • Preocupaciones y/o alteraciones emocionales: deberemos controlar la existencia de problemas en (casa, escuela, o con los amigos etc.) que generen inestabilidad emocional y/o preocupaciones. En momentos de elevada ansiedad habrá que emplear técnicas de relajación, antes de dormir.

  • Hipersomnias: otro tipo de trastorno del sueño que produce somnolencia diurna es la hipersomnia, existen varios tipos aunque  el más frecuente es la apnea infantil, es conocida también por el síndrome de Ondina y se caracteriza por múltiples paradas respiratorias durante el sueño, de menos de 30 segundos, seguidas de un breve despertar que no es recordado por el niño. Estos episodios se acompañan de ronquidos persistentes, agitación, movimientos corporales y en algunos casos enuresis. Por la mañana el niño que no recuerda nada, suele quejarse de dolor de cabeza y mostrar una excesiva somnolencia, que puede acompañarse de alteraciones de comportamiento y deterioro de aprendizaje en la escuela. Este problema sólo lo detectan los padres is observan los ronquidos o detectan las paradas. Una de las causas más frecuentes de la apnea obstructiva en la infancia, es la hipertrofia de las amígdalas o adenoides, que debe tratarse mediante amigdalectomía o adenoidectomía, otra causa puede ser el sobrepeso, claramente relacionada en la apnea adulta pero no tan clara en la apnea infantil.
Pero ¿Que debemos hacer ante una apnea infantil? ¿Como se debe tratar?. Si tenemos sospecha de la existencia de una apnea infantil, se deberá realizar una exploración médica en profundidad, ya que el diagnóstico y adecuado tratamiento del trastorno requiere de un estudio polisomnográfico, el médico indicará si existe alguna causa física que pueda estar produciendo las apneas. En aquellos casos en que el niño apnéico sea obeso, es frecuente la prescripción de una dieta para controlar el sobrepeso, controlado este las apneas suelen desaparecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario