LICENCIADA EN PSICOLOGÍA.UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID 1998. PSICOPEDAGOGA.UCM.2005

lunes, 16 de diciembre de 2013

COMO TRATAR LA DESOBEDIENCIA, HIPERACTIVIDAD, AGRESIVIDAD DE LOS 2 - 10 AÑOS



Las riñas es uno de los refuerzos negativos más frecuentemente utilizado por los padres, si bien su eficacia es limitada cuando son ambiguas, se aplican inconsistentemente, o se reprende en estado de exaltación emocional.

Sin embargo, se sabe que se consiguen buenos resultados cuando se mantiene un contacto visual con el niño, se le riñe de forma consistente y firme desde el principio y no aumentando progresivamente la firmeza de las intervenciones.

Por desgracia, las  reprimendas no siempre son suficientes  para eliminar el mal comportamiento, muchas veces es necesario emplear el costo de respuesta, que implica básicamente la pérdida de un beneficio o privilegio determinado por la emisión de un comportamiento inadecuado. Los privilegios han de ser retirados inmediatamente después de la emisión de la conducta inadecuada y deben equipararse a estos en su importancia, se deben cambiar con cierta frecuencia y deben aplicarse en combinación con técnicas positivas contingentes, cuando el niño emita conductas deseadas.

Se ha podido comprobar que el procedimiento más indicado para tratar la desobediencia, hiperactividad y agresividad en niños de 2 a 10 años es el aislamiento o tiempo fuera, en el momento que aprezca la conducta problema.

Este procedimiento de aislamiento cumple varios objetivos: suprime la atención hacia el comportamiento inadecuado, detiene el conflicto, reduce la probabilidad de que el comportamiento del niño empeore y le ofrece la oportunidad de tranquilizarse y reflexionar.

El procedimiento se debe llevar a cabo,sacando al niño a un sitio aislado y aburrido durante unos minutos. Es necesario quitar del lugar de aislamiento cosas divertidas y peligrosas, no alargando el tiempo de permanencia más de cinco minutos. Debe aplicarse después de una advertencia y alabar al niño por la primera conducta positiva que haga, después de salir de la situación de aislamiento.

Otra forma de aplicar el tiempo fuera, consiste en usar un reloj de buena conducta, modalidad que se ha comprobado produce un descenso de conductas hiperactivas y perturbadoras. El reloj se pone en marcha siempre que el niño se comporte adecuadamente y se para cuando moleste, se debe negociar con el niño además la aplicación de contingencias, que depende del buen comportamiento del niño/a que genere problemas.

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